Durante la tarde mañana se llevará a cabo una multitudinaria concentración en el Zócalo de la ciudad de México. Se trata del primer aniversario del triunfo de Morena y su candidato, Andrés Manuel López Obrador, en la máxima magistratura del gobierno. Originalmente se dijo que habría una transmisión en cadena nacional. Unas horas después se corrigió. Sólo lo harán aquellos medios que de motu propio determinen hacerlo. Desde ya se puede afirmar que lo harán todos. ¿Quién en su sano juicio se rehusará ante la gran fiesta del Señor presidente?

En los días previos a la elección de hace un año escribimos por acá que con el eventual triunfo del candidato de la izquierda, México perdería hasta la esperanza. Ese dulce estado de ánimo que se presenta a los hombres cuando lo que desean en lo más hondo de su corazón se siente al alcance de la mano. Desde hacía 18 años, con Andrés López Obrador, todos los anhelos eran frutas maduras a punto de desprenderse de las ramas del árbol de la esperanza nacional. El gremio más entusiasta y comprometido fue el de la ciencia y la cultura.

También escribimos por aquellos días que lo mejor para México y para todos en general era que Morena ganara la presidencia pero que perdiera influencia en el Senado y en la cámara de Diputados, y que perdiera algunas gubernaturas, entre ellas la de Puebla. ¿En qué pensaba? En la magia del equilibrio de poderes. Para que las cosas marchen se requiere de contrapesos. Finalmente la esencia del federalismo es ese. Quienes saben de políticas públicas, afirman que las mejores son aquellas que nacen no del consenso de las partes, sino del conflicto. Es dicho popular que el poder enloquece.

Felizmente ganó la presidencia Andrés Manuel López Obrador, en su tercer intento. Pero las cosas no quedaron ahí. Morena también se llevó el Congreso y las dos cámaras; ganó la mayoría de las ciudades importantes del país, y las gubernaturas en disputa. Perdió Puebla pero al poco la reconquistó, al cabo del fatal accidente de diciembre del año pasado, en la que perdieron al vida la gobernadora en funciones y quien ya se perfilaba como la cabeza de la oposición partidista, Rafael Moreno Valle.

Según la RAE, en la doctrina cristiana, la esperanza es una virtud teologal por la que se espera que Dios dé los bienes que ha prometido.