Andrés Manuel López Obrador, por andar en campaña para el 2018, se le olvida que el presidente de Morena es él y, por tanto, no Yeidckol Polevnsky y, por tanto, Andrés Manuel debería condenar a Eva Cadena Sandoval. No lo ha hecho, no la ha condenado, al contrario, casi la excusa. En su entrevista con El Universal, López Obrador señala sobre si debiera Cadena Sandoval ir a juicio político:

 “Sí, pero vamos primero a buscar castigar a Enrique Peña Nieto, porque, aunque parezca increíble, son peor Peña Nieto, Miguel Ángel Yunes y Miguel Osorio Chong que Eva Cadena”.

Andrés Manuel se equivoca: “Cuando eliges el mal menor, tu elección sigue siendo mala”.

1. La corrupción debe perseguirse de inmediato, sobre todo porque se da en su partido y, se sabe, no se puede ser candil de la calle y oscuridad en su casa. No se puede hablar de decencia y honestidad valiente si, también se sabe, eres un mal juez que no empieza por su casa. Antes que nada, hay que dar ejemplo.

2. Condicionar el castigo es un despropósito. Eva ya fue eximida por el Peje con antelación porque su castigo dependerá si y solo si se castiga primero al presidente de la República, al gobernador de Veracruz y al secretario de Gobernación.

3. Por último, López Obrador plagia, copia, imita, se fusila a Hilario Ramírez Villanueva, “el amigo Layín”. Si el secretario, el gobernador y el presidente son peor que la diputada, se puede concluir que hay de corrupciones a corrupciones y, en todo caso, como Layín, Eva robó poquito (“¿Que le robé a la presidencia?, sí le robé, sí le robé, pero poquito porque está bien pobre. Nomás le di una rasuradita”).

Más acertada, porque no es candidata presidencial, Yeidckol Polevnsky sí pide juicio político para dar el ejemplo que Andrés Manuel se reserva, no condiciona y menos plagia a Layín:

 “Hay que hacer dos juicios, un juicio de procedencia y el otro un juicio político. Ahora mismo voy a hablar con los diputados para decirles: quiero el juicio político, que lo soliciten, y un juicio de procedencia porque es inaceptable lo que está pasando.

“Esto la hace merecedora absoluta de juicio político, ella no puede ser diputada con un antecedente de este tipo, ya no te digo de Morena ni independiente, ella no podría ni debería ser diputada”.

Y da en el clavo, en la caja china que se creó para que el tema de Javier Duarte no hiciera daño a las elecciones del Estado de México y de Veracruz:

 “Primero pensé que le habían hecho un cuatro y la habían ‘chamaqueado’, primero dije ‘pobre’, pero por tonta, porque cometió un gravísimo error al no aclarar que no es cercana a Andrés Manuel y recibir el dinero. Pero en este momento cuando pide de inmediato regresar a la Cámara de Diputados de Veracruz, cuando ayer se aparece con un Mercedes, creo que está con toda la intención para hacernos daño, tiene toda la intención de dañar las campañas electorales de Morena y Andrés Manuel López Obrador”.

 No hay ninguna evidencia que Eva le entregara el dinero a Andrés Manuel. Lo que falta por descubrir es cómo Eva se prestó a la engañifa, a la estafa política. A Eva no le pusieron un cuatro, ella quiso ponerle, de la mano sucia de los adversarios de AMLO –quien tampoco tiene evidencia de que atrás de esto se encuentra Osorio Chong y Yunes– una trampa electoral a Morena.

La diferencia entre Morena y el PRI es que Morena pide enjuiciamiento para Eva Cadena Sandoval y el tricolor cobija y salva del desafuero al diputado Antonio Tarek Abdalá, ex tesorero de Javier Duarte de Ochoa, a quien no le invalidan el proceso, pero lo ponen convenientemente en un limbo electoral. Y dadas las diferencias, a Andrés Manuel, como candidato y presidente de Morena, en nada le conviene parecerse a Layín.