“Una cualidad de la Justicia es hacerla pronto y sin dilaciones; hacerla esperar es injusticia”

Jean de la Bruyere

 

 

Figura icónica de la crónica del futbol americano en Monterrey lo fue Francisco “El Lechero” Morales T.

Y hasta hoy me detengo a pensar, porque jamás se lo pregunté, ¿cuál era su segundo apellido que sólo mostraba con la inicial “T”?

Pancho además de ser un profundo conocedor de deporte de las tackleadas y tener una impecable redacción, poseía una potente y bien timbrada voz que narró cientos de partidos en televisión y radio.

Durante décadas “El Lechero” tuvo además una improvisada (porque no tenía local, ni nombre, ni era un negocio formal) pero muy profesional agencia de viajes que ofrecía paquetes para ir a ver partidos de futbol americano y beisbol a los Estados Unidos. Con él viajamos muchísimas personas a conocer estadios y ver partidos. Ya a finales de los 80’s se adaptó a los tiempos y organizaba excursiones para señoras a que fuesen a conocer los casinos de Louisiana. Jamás, nunca, nadie, se sintió defraudado de esos viajes.

Pasan los años y también locutor de futbol americano, de pronto aparece en Monterrey y tipo que se pone a organizar viajes para ver partidos, pero es todo lo contrario al profesionalismo, honestidad y buen trato que te daba “El Lechero”.

“Tony” Salazar ha acumulado hasta el momento 15 denuncias en su contra en Monterrey y el Estado de México por defraudar a personas con viajes que al final no cumplía, pero eso sí, se quedaba con los anticipos y en ocasiones con el pago completo de pasajes, hoteles y acceso a los estadios. A un empresario regiomontano le birló un millón de pesos, según le acusan, por unos paquetes para ir al Mundial de Futbol.

Lo triste, lo grave y preocupante del caso es que después de mil peripecias, vueltas, papeles y demás, por fin la ley logró ubicar y aprehender a Tony Salazar y recluirlo en el Penal del Topo Chico, pero gracias al nuevo sistema de Justicia Penal, el hombre recibió el beneficio de continuar su proceso en arraigo domiciliario, del cual se fugó y vuelta al empezar porque se ha hecho “ojo de hormiga”.

Malo el asunto cuando, como en la frase del “Perro” Bermúdez: “lo tenían, era suyo… y lo dejaron ir”.

Como el caso de Tony Salazar a cada rato te enteras de supuestas organizadoras de bodas que te birlan el dinero o de grupos de graduados que caen en manos de un vulgar ladrón que los engaña.

Con los años he aprendido que una de las principales características de un pillo es el ser encantador. A todos alguna vez en la vida nos han defraudado, por eso siempre hay que ser cauteloso.

Es una vergüenza que la ley camine tan despacio en Nuevo León, en ese y en otros muchos casos, con una Fiscalía apática y unos jueces que terminan protegiendo los derechos de los ofensores, por encima de los ofendidos.