Escribo esta columna en respuesta al artículo “Amlo derrota a Slim… Pero si el ingeniero hubiera defendido la reforma educativa”, escrito por el periodista Federico Arreola, por las siguientes razones:

1.- El periodista y el medio no son ajenos al juego de intereses que dice reprobar en Slim debido a la declaración que éste último realizó acerca de la construcción del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México.

La ley universal a la que apela el Sr. Arreola “Está condenado a perder el debate quien acude al mismo sólo para defender sus propios intereses” aplica también a línea editorial que se refleja en el artículo.

2.- El periodista sostiene “Slim no quería defender principios, o no sólo principios: también buscaba proteger sus intereses” pero este argumento no tiene sentido, pues se pueden hacer ambas cosas sin problema, sobre todo si consideramos que como todo empresario inteligente, Slim busca ganar él y que gane México ¿por qué el hecho de que Slim gane con el nuevo aeropuerto demerita en forma alguna sus argumentos?

“Pero Slim no quería defender principios, o no solo principios: también buscaba proteger sus intereses. Y ahí perdió” dice el artículo, al tiempo que pierde de vista el hecho de que estamos hablando de un empresario y de una empresa, no de un político demagogo ni de una visión de país retrógrada.

3.- Cuando AMLO le responde a Slim “si es tan buen negocio que lo haga con su dinero”, en realidad no pone “fuera de combate” al empresario, al contrario, López Obrador se revela como un político que ve a la empresa como enemiga, en lugar de aliada de los proyectos de gobierno.

Mientras la visión de Slim es ganar-ganar, la de AMLO es ganar (el gobierno)-perder (la empresa), sin duda.

4.- Al adular a AMLO y pretender que Slim se enganche con la campaña de Meade, el periodista pretende que el empresario le compre un debate educativo que hace años el grupo Carso superó a través de la plataforma Aprende.org

Como Maestra, veo a Slim muy alejado de la agenda política que permea todo el campo educativo y así lo he discutido con mis colegas y alumnos en los cursos y talleres que he impartido en las zonas más desfavorecidas de Veracruz, pues con el sitio Aprende.org, el ingeniero pone a la disposición de todos los mexicanos cursos y certificaciones avalados por la SEP, pero mucho más reales por su vinculación con el campo de trabajo y la mayoría de forma gratuita, en otros casos sólo se paga la certificación.

5.- Por todo lo anterior ¿por qué querría el ingeniero Slim involucrarse en un debate sobre una reforma que involucra sindicatos, actores políticos impresentables, desvío de recursos y demás, cuando desde hace años él está ofreciendo todo esto a los mexicanos que no tienen la posibilidad de acudir a una Universidad pero que pretenden progresar llevando sus conocimientos a la práctica de manera inmediata?

Al contrario, todos deberían voltear a ver lo que ha hecho en materia educativa en silencio, tras bambalinas y de manera efectiva. Eso es un hecho.

¿Usted qué opina, estimado lector?