Manfred Kets de Vries es una autoridad en el tema del liderazgo. Me llamó la atención lo que este hombre dijo a Michael Skapinker, periodista del Financial Times: que “todo líder necesita un tonto.

El problema de Andrés Manuel López Obrador es que ha tenido solo a  tipos bien listos a su lado.

El presidente de México no reclutó tontos, y esto es algo que terminará por dañar a su proyecto de transformación.

Los colaboradores de AMLO son tan vivillos —seguramente desde chiquillos— que, por tal razón, ninguno le habla con la verdad al presidente si este se ha convencido de las ventajas de cualquier proyecto inviable o de alguna medida de política inconveniente.

Los tontos son tan absurdamente tontos que arriesgan sus posiciones de poder contradiciendo al dirigente cuando este se equivoca.

Tristemente, Andrés Manuel no ha tenido gente así en su equipo.

Por ejemplo, encargó la estrategia para combatir la pandemia a un chico tan listo que se ha pasado de vivo para no caer de la gracia presidencial.

Una gran pena que Hugo López-Gatell no hubiese sido lo suficientemente tonto que se necesitaba como para decirle a AMLO la verdad acerca de lo que debía hacerse para minimizar los efectos negativos de la pandemia, sobre todo en lo relacionado con el cubrebocas y, al principio, con la necesidad de dar el ejemplo evitando las giras y los abrazos con la gente.

El resultado ha sido el desastre. Imposible negar que México ha sido uno de los países más castigados por el coronavirus. Lo afirman todos los análisis comparativos y, por lo demás, es algo que se comprueba con la suma de cada día más muertos.

Tontos también faltaron en el gabinete para explicarle a Andrés Manuel que la nueva ley eléctrica significa atraso.

Ojalá el querido y respetado presidente López Obrador encuentre al tonto que lo lleve a la reflexión y a la autocrítica. La 4T es la última esperanza de México, no debe perderse por el exceso de vivillos en el equipo de colaboradores cercanos al líder.