1.- Porque valen la pena las preguntas de los reporteros y reporteras profesionales —de Reforma,  Proceso, La Jornada, Televisa, Radio Fórmula, SDP Noticias, El Heraldo, El UniversalMilenio, Excélsior. Es un hecho: los y las periodistas que se toman en serio son quienes invariablemente obligan a  Andrés Manuel a dar la nota importante, que por cierto, pocas veces coincide con el tema que al presidente de México le interesa difundir.

2.- Porque divierten los preludios solemnes que en cada oportunidad acompañan a las intervenciones que hacen los no-periodistas, como la famosa Corredora keniana y el simpático Lord Molécula —sus preguntas nunca son relevantes, pero doña Sandy Aguilera y don Carlos Pozos se han ganado un lugar en el corazón de la audiencia: chicos y grandes les aman por igual.

3.- Porque enojan —pero el enojo añade contenido dramático, y por lo tanto interés a las mañaneras— los exaltados como el debutante Bernabé Adame, quien el viernes se autonombró representante de millones de lopezobradoristas. Lo que molestó, sobre todo a sus colegas que sí son periodistas, no fue el diagnostico de que hay millones de lopezobradoristas, que los habrá, sino la puntada de decir que don Bernabé los representa.

4.- Por las actuaciones estelares de los famosos. El público lamenta que no se aparezcan con más frecuencia por las mañaneras. Cómo olvidar el alboroto que armó, con su protagonismo excesivo, Jorge Ramos, de Univisión; el discurso, apasionado y sincero, de Ricardo Rocha; la molestia de Isabel Arvide; el misterio todavía no resuelto que llevó de pisa y corre a Denise Maerker a una conferencia de prensa de AMLO, y la tarambana participación de Nino Canún. La señora Adela Micha ha prometido que se levantará temprano y tendrá una intervención inolvidable, pero han pasado las semanas y no nos ha cumplido.

Ellos y ellas, tanto los y las profesionales del periodismo como quienes tienen una idea distinta del oficio, en realidad lo que hacen es ponerle balones a modo a Andrés Manuel para que remate y meta goles. A veces se luce el presidente de México con chilenas espectaculares; a veces sus disparos quedan en la categoría de los tiritititos que deprimen al Perro Bermúdez

Los únicos perjudicados son los noticieros matutinos de radio, que han perdido rating. De hecho, conductores destacados como mi muy talentoso amigo Ciro Gómez Leyva, cuando se rinden porque no levantan atención sus informaciones o sus encuestas calderonistas —sí, palabra derivada de Felipe, el esposo de Margarita que motiva a Roy Campos y a otros de su especie a cucharear estadísticas—, se ve obligado a enlazarse con las mañaneras para invitar radioescuchas. Si eso pasa con el líder Ciro, imaginémonos la tragedia de los otros.