Se sabía que Marcelo Ebrard había cometido serias acciones de corrupción en la construcción de la línea 12 del metro de la Ciudad de México, que con tanto orgullo inauguró teniendo como invitado de honor a Felipe Calderón.

Más allá de la deslealtad a AMLO por haber puesto a las órdenes de Calderón la que era su más importante obra, lo verdaderamente grave que hizo Ebrard fue levantar, a un costo elevado y con ineficiencia, la línea 12, que por lo mismo ha sido un desastre.

La corrupción de Ebrard no solo ha complicado la vida de los capitalinos, sino que este lunes provocó una tragedia.

Su sucesor al frente de la jefatura de gobierno capitalina, Miguel Ángel Mancera, investigó y encontró culpable al hoy canciller.

¿Por qué Ebrard no fue castigado en su momento? Por intereses políticos, que todo lo ensucian.

Eso sí, Ebrard se fue de México: evidentemente le sobraba dinero para pasársela bien en el extranjero.

Cuando la mala memoria de los mexicanos hizo que se dejara de pensar en la línea 12, Ebrard regresó y lleva ya algunos años tratando de presentarse como un prócer de la democracia. 

Pero Miguel Ángel Mancera no solo incumplió con su responsabilidad al dejar libre a Marcelo Ebrard, sino que tampoco hizo correctamente su trabajo para corregir lo que estaba mal en la línea 12. Se suponía que las fallas, que eran muchas, las había remediado el anterior gobierno, y así entregaron los manceristas la administración de la CDMX a Claudia Sheinbaum.

Pero la línea 12 estaba tan mal hecha por Ebrard, y Mancera falló tanto al repararla, que la noche de este 3 de mayo provocó una terrible tragedia: colapsó una de sus estructuras y cayó un vagón con pasajeros.

Ebrard y Mancera tendrán que responder ante la justicia. No puede la jefa de gobierno, Sheinbaum, permitir que queden impunes. La ciudad que administra se lo demanda.

Entre quienes merecen fuertes sanciones, están también los colaboradores de los exjefes de gobierno, como Mario Delgado, actual dirigente de Morena, quien manejaba las finanzas en la administración del ahora secretario de Relaciones Exteriores.

La Ciudad de México exige sanciones ejemplares a los responsables. Es la única forma de acabar con la corrupción que tanto daña a nuestra sociedad.