Omar Fayad gobernador de Hidalgo, se ha hecho la prueba del coronavirus y ha dado positivo.

Eso en sí mismo es una mala noticia. Pero no es lo peor.

Fayad estuvo el 18 de marzo pasado en Palacio Nacional en un evento de los que con frecuencia se dan en la mañanera, creo que relacionado con los avances del aeropuerto de Santa Lucía.

Hay fotos del contagiado Omar Fayad con el presidente López Obrador, el secretario de la Defensa (Crescencio Sandoval) y el titular de SCT, Javier Jiménez Espriú.

Todos ellos, más otras personas del gobierno de la República que tuvieron contacto con el gobernador de Hidalgo ese día —seguramente los titulares de Seguridad, Alfonso Durazo; de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, y el consejero Jurídico, Julio Scherer, quienes no suelen faltar a las reuniones de Seguridad de todos los días a las seis de la mañana— deben, lo mismo que el presidente Andrés Manuel López Obrador entrar en una rigurosa cuarentena de al menos cuatro días para completar las dos semanas que se exigen de aislamiento en estos casos. Además, a la brevedad posible se deben hacer la prueba para detectar el Covid-19.

Como mínimo 4 días de cuarentena, ya que si Fayad no contagió a AMLO, pero sí a alguien del gabinete que no haya tenido síntomas y con quien haya seguido relacionado diariamente el presidente de México, entonces el asunto es serio y amerita ser tratado, pues, con toda seriedad.

Todavía hoy mismo si alguno de los ayudantes del presidente de México tuvo contacto con Fayad, se contagió y no nuestra síntomas, podría estar contagiando en este  momento a Andrés Manuel.

No hay exageración, estamos hablando del hombre más importante para la nación. Debe cuidarse, sus asesores médicos deben exigirle que se cuide.

Supongo que las autoridades de Salud obligarán a medio gabinete, incluido el presidente AMLO, a no trabajar ni lunes ni martes. ¿O serán tan frívolos que dirán que no tiene importancia haber estado en contacto cercano y de varias horas con un contagiado?

0-0-0-0

Nota: Consulté médicos infectólogos y epidemiólogos de primer nivel antes de redactar esta nota.