Es historia... La gente se empezó a agrupar en busca de protección y de crear entornos más favorables para la atención de sus necesidades más apremiantes.

Lo mismo en las comunidades que reúnen apenas unas cuantas casas, que en esas legendarias zonas urbanas de millones de habitantes, la gente se agrupa pensando que hacerlo les abrirá las puertas a mejores oportunidades.

Y sí... En mayor o menor grado, comunidades y ciudades van dando respuestas a sus habitantes; respuestas que tienen que ver con la evolución de cada una de ellas, que es a su vez resultado de sus muy particulares historias y circunstancias.

La ciudad es el escenario en que se desarrolla la vida... La cotidianidad social... Pero es, además, ese espacio destinado a construir estructuras que generan o destruyen eficiencias... Que generan o destruyen competitividades.

Y el hecho es que hoy las ciudades son el complejo resultado de décadas de desatención.

Esa es la mala noticia.

La buena, es que el nuevo gobierno ha hecho un muy buen diagnóstico de la realidad urbana nacional y lo quiere traducir en una nueva Política Pública que permita avanzar en el cumplimiento de los objetivos de la Nueva Agenda Urbana que emanó de Habita 3, la cumbre mundial de ciudades que se llevó a cabo hace un par de años en Quito, Ecuador.

El objetivo de este nuevo gobierno es tomar la planeación urbana como punto central de las estrategias de desarrollo social, regional y económico, buscando para ello dar forma a objetivos, planes y estrategias verdaderamente integrales, que asuman esta integralidad por la vía del trabajo coordinado de todas las dependencias, y en los tres niveles de gobierno, relacionados con los procesos urbanos.

Hay que señalar que este objetivo quedó claro desde la plataforma de campaña del presidente Andrés Manuel López Obrador, que empezó por anunciar que en caso de llegar a la Presidencia, el titular de la Sedatu (Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano) sería Román Meyer Falcón, que a su vez, dio a conocer Amlopolis, el documento base para entender la nueva Política de desarrollo urbano y vivienda.   

El objetivo es hacer de las ciudades instrumento de justicia social, que tengan como prioridad reducir la desigualdad y multiplicar las oportunidades de sus habitantes, con particular énfasis en los segmentos más vulnerables.

Para hacer esto, Meyer Falcón estableció como prioridades la regeneración urbana, empezando con aquellas ciudades que padecen mayores niveles de deterioro a este respecto; acelerar los trabajos de reconstrucción en comunidades afectadas por los sismos de hace dos años, y la implementación de una nueva Política Nacional de Vivienda.

Durante los primeros 100 días de la administración, la Sedatu aceleró los trabajos relacionados con la implementación de los dos primeros programas, y apenas la semana pasado presentó el Programa de Regeneración Urbana y los avances en cuanto a reconstrucción, al tiempo que anunciaba que la Nueva Política Nacional de Vivienda será presentada en abril.

Durante la instalación de la Comisión Intersecretarial para la Reconstrucción, el titular de la Sedatu reconoció que aún había más de 200,000 familias damnificadas y anunció que el gobierno federal contaba con un presupuesto de 20,000 millones de pesos para realizar más de 200,000 acciones de reconstrucción en viviendas e infraestructuras educativa y cultural.

Y apenas unos días después, al presentar el Programa de Mejoramiento Urbano, dijo que en una primera etapa se invertirán 8,000 millones de pesos en acciones de regeneración urbana en 15 ciudades del país; cinco con vocación turística y 10 más en zonas fronterizas, beneficiando a 822,000 habitantes de 337 barrios del país.

Cabe esperar que la Nueva Política de Vivienda venga también marcada por un altísimo contenido social traducido en programas que multipliquen las posibilidades de que todas las familias mexicanas tengan acceso a una vivienda adecuada.

Se trata, cabe esperar, de un programa que reconozca la necesidad de hacer viviendas para todos los segmentos de población, pero que entienda la necesidad de lograr esto por la vía de políticas que brinden las mismas oportunidades a todos y extiendan la cobertura de los programas atendiendo a quienes hasta ahora no han sido atendidos.

Cabe esperar un programa de vivienda que vaya a la esencia del problema y construya condiciones que permitan bajar costos y mejorar ubicaciones, para lo que habrá que incluir instrumentos de coordinación institucional que encaminados a alinear objetivos y regulaciones, pero también, a realizar inversiones en infraestructuras que eviten que estas se realicen como parte de los costos de las viviendas.

Cabe esperar una Nueva Política Nacional de Vivienda que reconozca y aproveche lo positivo que hay en el sector, para hacer de ello punto de partida de una nueva visión, una visión que tenga la mira puesta en la gente y que entienda que los retos van mucho más allá de construir techos. 

Se trata, resumiendo, de tomar las ciudades, sacudirlas y hacer que dejen de ser fábricas de pobreza, para convertirlas en fábricas de calidades de vida, eficiencias y competitividades.

 Horacio Urbano es presidente fundador de Centro Urbano, think tank especializado en temas inmobiliarios y urbanos

Correo electrónico: hurbano@centrourbano.com

Twitter: @horacio_urbano