El que el Presidente López Obrador pretenda solicitar una disculpa a la monarquía española no es una puntada,

Los memes y la chacota desarrollada en redes sociales por parte del grueso de la población no son parte del público objetivo de López Obrador.

El mexicano habitualmente de todo se ríe, pero no su base social.

Lo que mueve a su gente es el enojo.

Como respuesta a los temas de los que la mayoría de todo hace chiste, los radicales han confeccionado publicaciones iracundas, replicadas por sus semejantes Desacreditando, denostando, dividiendo.

No toman las cosas con humor.

De ahí la frase “Left can’t meme”.

La crispación contra los españoles es un reciclaje de un villano histórico.

Pero el villano tiene intereses económicos en México. 

La torpe respuesta de la monarquía, secundada por declaraciones de personajes relevantes en la península ha ahondado el encono.

López Obrador no cede y los ibéricos tampoco.

El villano ya ha sido fabricado.

Los ojos del que esto escribe apuntan al Banco más grande de México: BBVA Bancomer, adquirido y operado por españoles, que se llevan enormes ganancias de nuestro país.

La tentación de esa palabra puede ser muy grande: ¡Exprópiese!

Lo hizo Hugo Chávez y de hacerlo López Obrador seguramente sería vitoreado por su furibunda base social, aunque ello equivaldría mandar al país a la bancarrota.

El quiebre de Lehman Brothers puso contra las cuerdas a Estados Unidos, algo similar pasa si se toca un banco del tamaño de Bancomer, que gracias a la apertura económica ya siente el asedio de Banorte, de capital nacional y que ya habría tomado el liderato de la Banca mexicana, de no haber sido por la cancelación del NAIM y la amenaza de eliminar comisiones con el argumento válido de la fuga de recursos. Es precisamente la desinversión y las comisiones lo que han propiciado la decadencia de BBVA y City en nuestro país. El crecimiento de Banorte, Ixe, Inbursa, Banco Azteca e incluso Bansefi casi dan la vuelta a la tortilla a los bancos extranjeros. Castigar a bancos ya ineficientes como Santander o BBVA los haría mártires y los perjudicados serían los nuestros.

¿Quiere hacer patria? 

Consuma lo local. No se van a llevar las comisiones a ningún lado. 

Jiribilla

La nacionalización de la banca en 1982 generó un desastre financiero mayor que el Fobaproa del que tanto hablan las izquierdas. Esperemos que no se repitan los mismos errores.