Ni con lentes de fondo de botella se alcanzaban a leer desde la primera fila, los numeritos de las gráficas que presentó el asesor petrolero Fluvio César Ruiz Alarcón al hablar del “nuevo modelo energético a partir del 2013,” como segundo “telonero” de Cuauhtémoc Cárdenas en la visita del hijo de Tata Lázaro a estas bárbaras y calcinadas tierras del norte, en el evento organizado al alimón por el Clúster Energético de Nuevo León y PRO-Respuesta Ciudadana.

Les platico: ¿La sede? El Club Industrial de Monterrey, con un salón Panorámico pletórico, que se llenó hasta las banderas ante el conjuro de quien fue anunciado como estrella del show:

El fundador del PRD; el no sé cuántas veces candidato a la presidencia de la República, en una de las cuales Manuel Bartlett le bajó al switch de la luz para que se le cayera el sistema y arrebatarle así el gane para dárselo a Salinas de Gortari el 6 de julio de 1988; el estudiante de ingeniería que en 1954 encabezó un movimiento anti imperialista contra la pretendida invasión yanqui de ese año en Guatemala; el primer político mexicano que se opuso al neoliberalismo; el primer no priista que fue jefe de gobierno de la hoy CDMX; el que nació el meritito primero de mayo de hace 85 años y vivió su infancia en aquella pequeña casa con jardín muy bonito de la calle Wagner número 50, que después cambiaría de nombre por el de otro músico -Guty Cárdenas- de la Colonia Guadalupe Inn; el papá político del actual presidente de México; el hijo del prócer de la expropiación petrolera de 1938 y el líder moral de la izquierda mexicana.

De lo que vino a decirnos, les platico al final, pero antes: 

¿Qué fue lo que NO dijo el tal Fluvio en su académica y soporífera disertación? 

1.- No tiene ningún caso endeudarse para pagar impuestos, ¿verdad? Este hecho es lo que tiene hoy a Pemex como una de las empresas petroleras más endeudadas del mundo. 

2.- A raíz de la crisis de 1981-1982, Pemex dejó de ser el principal abastecedor de hidrocarburos y derivados del País para convertirse en el más grande pagador de impuestos de México. Es un hecho, el peso de la carga fiscal a esa empresa es exagerado y esto es lo que la pierde de su objetivo principal. Aún con Octavio Romero Oropeza y López Obrador en los controles de la petrolera y del País, Pemex sigue convertida en eso, la principal fuente de ingresos para el fisco lo cual la truena de origen. Por eso importamos más de la mitad de los combustibles y otros energéticos. ¿A poco no se las olían?

3.- Desde tiempos de Zedillo, a Pemex se le ha extraído el 100% de su rendimiento operativo y lo que es increíble, para pagar impuestos ha tenido que endeudarse. Este solo hecho explica por sí solo las dificultades financieras de la empresa.

4.- Cuando se ve el trato fiscal que se le da a Pemex, es difícil pensar que los presidentes no querían deshacerse de la paraestatal y crear un reducto de negocios privados. Y esto no fue un error; fue una política económica de gobierno que siguieron por igual priistas y panistas.

5.- Por eso en Houston se dice que Salinas de Gortari agarró por su cuenta la tesorería de Pemex para convertirla primero en una productora de impuestos, no de petróleo, y después en la caja chica suya y de sus socios, los Bush.

6.- Todavía en los 80 le quedaba cierto remanente de lana pero desde 1983 y hasta la fecha, Pemex ha conocido nomás dos años con utilidades después de impuestos. Para ser precisos, en el 2006 y 2012 de manera marginal, pero recordemos que el 2012 fue el año de los ingresos petroleros récord, cuando el crudo anduvo por los $120 dólares por barril. Y aún así, Pemex pagó ese año $902,000 millones de pesos al fisco y solo reportó una utilidad marginal de $3,000 millones de pesos.

7.- En el 2011 y el 2012, Pemex pagó $1.7 billones de pesos de impuestos, equivalentes -para darle perspectiva- a todo su pasivo laboral.

8.- Con estos datos duros, es difícil NO creer que había la intención del gobierno de debilitar a Pemex para evitar una reforma fiscal que México necesita desde hace 40 años, cuando se agotó el modelo agro exportador, y desplazar a la empresa de su papel protagónico en el sector de hidrocarburos. 

¿Para qué? Para que siguiera sirviendo como caja chica de los presidentes. Olvídense de Lozoya, de Carlos Treviño Medina, de Pepetoño González, de Juan José Suárez Coppel, de Jesús Reyes Heroles González Garza, de Luis Ramírez Corzo, de Raúl Muñoz Leos, de Rogelio Montemayor, de Adrián Lajous, de Carlos Ruiz Sacristán, de Paco Rojas, de Mario Ramón Beteta, de Julio Rodolfo Moctezuma Cid, de Jorge Díaz Serrano; no señor, si quieren saber los nombres de los beneficiarios de esa caja chica que es Pemex, búsquenle en los nombres de quienes fueron presidentes en los tiempos de cada uno de ellos.

Que algunos de ellos se la bañaron como Lozoya, es otra cosa, pero los dueños del gran dinero eran los presidentes.

9.- Y el plan de rescate a Pemex, ¿va a beneficiar a la empresa? Con esto les digo todo: el Plan Nacional de Desarrollo dejó fuera a las energías renovables porque parece que el gobierno le sigue apostando a rescatar a Pemex.

Las líneas centrales del plan de negocio de Pemex mencionan exploración, producción, con referencias tangenciales a la refinación, pero casi solo se habla de las expectativas de producción. Tan tan.

Aunque nada de esto dijo Fluvio en su exposición, sé que él lo sabe, como los otros dos ponentes de la tarde y sabrá el Dios de Spinoza por qué no lo dijeron.

César H. Cadena, presidente del Clúster Energético, siendo el primer telonero, se robó el show cuando invitó a la nueva gente de Pemex a aplicar el viejo adagio de “más vale una buena copia que una mala realización”, por aquello de que en el mundo hay bastantes evidencias de éxito en las petroleras, como para andar gastando el fuego en infiernitos, tratando de inventar el agua tibia.

Luego retumbó en sus centros la tierra del Club Industrial al soltar ésta otra perla: “Le van a quitar $45,000 millones de impuestos a Pemex pero se necesitan $55,000 millones para construir la refinería de Dos Bocas. Perdónenme, pero en la primaria donde yo estudié aprendí que esos números que trae Pemex, nomás no dan”.

CAJÓN DE SASTRE

“También habló Cuauhtémoc Cárdenas y cuando en eso estaba, se le cayó en la cabeza la bandera de México que alguien puso atrás de él”, me recuerda la irreverente de mi Gaby.

placido.garza@gmail.com

PLÁCIDO GARZA. Nominado a los Premios 2019 “Maria Moors Cabot” de la Universidad de Columbia de NY; “Sociedad Interamericana de Prensa” y “Nacional de Periodismo”. Forma parte de los Consejos de Administración de varias corporaciones. Exporta información a empresas y gobiernos de varios países. Escribe para prensa y TV. Maestro de distinguidos comunicadores en el ITESM, la U-ERRE y universidades extranjeras. Como montañista ha conquistado las cumbres más altas de América.