Si algo me queda claro tras el más reciente ataque de guerra sucia contra AMLO es que el “director de comunicación social” de su campaña, César Yáñez, no sabe o no puede hacer bien su trabajo.

No sólo es la tontería sobre irse a “La Chingada” (mañosamente cambiada a ‘la chingada’ por Milenio, Carlos Marín y compañía), frase utilizada para atacar a quien me queda claro no va en “tercer lugar” como quieren hacer ver algunas encuestas, lo que mostró la nula capacidad de reacción y escaso colmillo de Yáñez, sino el hecho de que este asistente de AMLO ha metido la pata una y otra vez.

Está, por ejemplo,  el caso del manejo de la cuenta de Twitter @lopezobrador_, la cual pudo haber sido “verificada” antes. ¿Y que hizo Cesar al respecto? Nada.

¿O qué decir de la posibilidad hacer los videomensajes que AMLO graba cada semana más ágiles y de menor duración, tomando en cuenta que el lapso de atención de los jóvenes a duras penas alcanza los 10 minutos? ¿No es acaso responsabilidad de Yáñez supervisar esto?

¿O qué tal el mejorar la página de AMLO con mejores diseños y contenidos, cuando es un hecho que existen simpatizantes de la campaña que se han ofrecido a hacer esto gratis?

Respecto al caso de “La Chingada” existen muchas cosas que Yáñez debió hacer y en las cuales falló rotundamente: ¿Qué tal el verificar si se estaban grabando las declaraciones de Andrés Manuel o no? ¿Qué tal el preparar mejor las respuestas del Peje? ¿Qué tal el salir rápidamente a aclarar que AMLO se refería al rancho de sus padres y no a esa mítica “chingada” a donde mandamos y a donde ‘vamos’ muchos mexicanos? ¿No es acaso su responsabilidad como director de comunicación social el blindar a su candidato y amigo de estos imbéciles ataques?

No sé si pese más la amistad o la lealtad de Andrés Manuel con sus íntimos que los resultados y su eficacia en sus labores, pero el hecho es que es ya inocultable que César Yáñez ha fracasado espantosamente en su trabajo. Es hora de cambiarlo antes de que haga más daño.