La inversión productiva en nuestro país cayó un 7% según datos del INEGI. Causas, razones y justificantes puede haber muchas, pero el hecho es que no hay inversión. Ni del gobierno, ni de los empresarios.

Arturo Herrera, secretario de Hacienda anunció un plan de inversión para el resto del año, ambicioso, con lo cual se busca elevar el crecimiento y sí, invertir por parte del sector público, buscando a su vez, que los grandes empresarios del país, también inviertan.

Slim el negociante

Como señala la Dra. Verónica Malo en su columna de El Heraldo de México, el Ing. Slim ha sido —en las últimas semanas— invitado asiduo a reuniones con el presidente López Obrador, y no solo en Palacio Nacional. Dicha asiduidad, incluye su asistencia a la celebración del 1° de julio en el Zócalo y después a la comida en casa de don Alberto Baillères, compartiendo el pan y la sal con un pequeño grupo de empresarios y con Andrés Manuel.

Negociante al fin, Slim busca continuar con sus empresas, inversiones y obtener ganancias. Al igual que el resto de los empresarios en cualquier país del orbe. Tan claro que, con un grupo de personas dedicadas a los negocios, invirtió el dinero necesario para mantener la F1 en nuestro país. ¡Por descontado tendrá ganancias! Y con él, muchos mexicanos por la derrama económica generada por dicho evento. 

La negociación del Gran Premio de México, es también un parteaguas en la relación de la 4T (esta vez por mérito de Sheinbaum) con los empresarios. La continuidad del evento automovilístico se logró bajo un esquema completamente diferente de inversión, sin que le cueste al pueblo de México; el hecho es que se mantendrá el GP en nuestro país.

Por parte de los empresarios, el gran negociador y artífice de ello (también en porcentaje económico) fue Slim. Por parte del gobierno, Claudia Sheinbaum. Fue la prueba que se necesitaba para dejar en claro que la 4T puede cambiar de parecer y llegar a negociaciones en las que ambas partes obtendrán ganancias.

López Obrador-Slim

No olvidemos que la mancuerna López Obrador-Slim ya funcionó, y muy bien, cuando el primero fue jefe de gobierno de la Ciudad de México. La inversión privada más importante para recuperar una buena parte del Centro Histórico provino del empresario. Los resultados continúan, pues el proyecto de remozar algunas calles peatonales no ha parado y es una gozada disfrutar así una buena parte de la Ciudad de los Palacios.

Esa relación, en el 2006, sirvió para que algunos empresarios se decantaran por López Obrador. Si había funcionado tan bien la mancuerna en la ciudad, podía ser signo de que Andrés Manuel no estaba peleado con los dueños del capital. Aun así, en 12 años el entendimiento se enfrió, pero por lo vistió en los últimos días, otra vez, ambas partes están dispuestas a hacer equipo para lograr una situación donde todos se beneficien. 

Todos ganan

Como en la pirinola, los empresarios, López Obrador y todo México ganan si el trabajo se da en conjunto. Si se presentan las condiciones necesarias para invertir (justas por demás), los empresarios invierten y los empleos aparecen. Deben quedar atrás las descalificaciones, es un hecho. La función de los empresarios es invertir, procurando obtener ganancias; no jugar a hacer videos descalificativos o barberos. La función del gobernante en turno, es ofrecer las mejores opciones de inversión y también reglas claras y justas. No dedicarse a generar incertidumbre (ojo con la ley de extinción de dominio), ni a tener “ocurrencias de inversión”. Cada quien realizando su trabajo. 

Tal vez, los grandes capitales (Bailleres, Azcárraga, Hank, Salinas Pliego, Aramburuzabala, Fernández, Garza, Vázquez et al), como Slim, también vean las oportunidades de continuar invirtiendo en nuestro país. 

En una de esas, negociando de forma clara, podamos tener el anuncio hecho por el propio López Obrador de que el NAICM en Texcoco va, con recursos privados desde luego. De esa manera la Pirinola sí quedaría en “todos ganan”. Momento de invertir, momento de trabajar.