Destinos turísticos de importancia internacional, los municipios quintanarroenses de Solidaridad (Playa del Carmen) y Benito Juárez (Cancún) son considerados las “joyas de la corona” en lo que a presidencias municipales se refiere, pues sus gobernantes por lo común adquieren una gran influencia política a nivel local, y trascendencia a nivel nacional.

Y es que estos polos turísticos siempre están en la mira, debido a que por su alto desarrollo son seleccionados frecuentemente como sedes para foros y convenciones de todo tipo tanto nacionales como internacionales.

Son el motor económico del estado y los mayores generadores de divisas del país, y por si fuera poco concentran a más de la mitad de la población de la entidad, por lo que mantener el control político en esas demarcaciones es indispensable para ganar la gubernatura.

Enfrascados en un duelo de poder, el PRI y sus aliados del PVEM y Panal, compiten contra la sui géneris alianza PAN-PRD para intentar retener esas presidencias municipales, actualmente bajo control del Tricolor.

En Playa del Carmen, las cosas lucen fáciles para la coalición comandada por el PRI, pues su candidato, Filiberto Martínez Méndez, un político astuto y con mucha influencia en ese municipio en el que ha sido de todo, desde taxista hasta presidente municipal -lo fue en el periodo 2010-2013-, lleva una gran ventaja sobre la candidata del PAN-PRD, Cristina Torres Gómez, que desertó del Tricolor para convertirse en la abanderada opositora.

Filiberto Martínez, quien triunfó con holgura en el 2010, replicó algunas acciones que le dieron buenos resultados en el pasado y realizó una campaña en bicicleta -literalmente-, recorriendo las colonias populares con parte de su planilla sobre dos ruedas.

Este simple acto le abrió muchas puertas entre la ciudadanía, cansada de ver las caravanas de autos de lujo en las campañas de diversos candidatos.

Para no perder la tónica, Martínez Méndez cerró campaña este domingo con una rodada masiva, dirigiéndose hacia la presidencia municipal a golpe de pedal.

Solidaridad seguirá siendo un bastión priista, y Filiberto arribará a la presidencia municipal por segunda ocasión, con nuevos retos a superar en el municipio más dinámico del estado en lo que a crecimiento poblacional y desarrollo turístico se refiere.

En Cancún, gobernado actualmente por el priista Paul Carrillo de Cáceres, las cosas no se ven tan fáciles, pues el PRI cedió la candidatura al diputado federal con licencia del PVEM, Remberto Estrada Barba, a quien le tocó enfrentar a un complicadísimo rival: Julián Ricalde Magaña.

Ricalde Magaña, perredista recién regresado al redil y hermano de la ex diputada federal del PAN, Alicia Ricalde Magaña, gobernó Cancún en el trienio pasado con un estilo populista que le hizo ganar la simpatía de muchas personas.

Su gobierno no estuvo libre de escándalos. Desde la presidencia municipal de Cancún controló a placer tanto al PRD como al PAN estatal, usando los abundantes recursos del Ayuntamiento, e incluso circuló una grabación comprometedora donde recibía una fuerte cantidad de dinero de nebulosa procedencia.

Sin embargo es más conocido en Cancún que Remberto Estrada, que tampoco tiene tan buena imagen que digamos.

El Partido Verde y el PRI están apostando fuerte en Benito Juárez, pero aún con todo ese esfuerzo no se sabe si les alcanzará para derrotar al candidato de la alianza PAN-PRD.

La cuenta regresiva para el 5 de junio ya está en marcha, y el PRI está reforzando al máximo su estructura en Cancún para reforzar la candidatura del tucán Remberto Estrada, porque saben que invariablemente la votación que reciba el candidato a la presidencia municipal más poblada del estado afectará directamente a su candidato a la gubernatura, Mauricio Góngora Escalante.

En Cancún se librará la batalla decisiva, y todo puede pasar.