Sorprendentemente en su Twitter el presidente Obrador, de motu proprio o a consejo de algún mal intencionado asesor, le recomendaron abordar el tema, y lo obligaron, una vez más a exhibirse. Su argumento de que no habría golpe de Estado en México porque usted tiene el apoyo de los mexicanos – lamento corregirle – es nuevamente equivocado, en México, a excepción de el lamentable caso de Victoriano Huerta, quien por cierto – solo como reflexión se lo comparto – estaba ajeno a la realidad de México, tampoco digo que sea su caso, pero valdría la pena que lo reflexione. En México desde hace 107 años se cumplirán en febrero, han quedado proscritos los golpes de Estado, y mire usted señor presidente – lamento decirle aunque ofenda su amor propio – no por usted – ni por quien siente que usted es, el país hace años que es un país de instituciones, y las instituciones no están al servicio de las personas, sino al servicio de la nación, de la Patria, por encima de las personas. Lo explico. Para que haya un golpe de Estado debe haber golpistas, y esos, a lo largo de la historia del mundo deben estar apoyados por la fuerza de quienes tienen armas, y esas las tienen los ejércitos. Así, Hugo Chávez, primero por un intento de golpe de Estado frustrado, pretendió hacerse del poder y llega después, para perpetuarse en él – no estaría de más que se lo comente a su ferviente colaboradora Dolores Padierna – también así llega Francisco Franco en España, Pinochet en Chile, Videla en Argentina, Somoza en Nicaragua y así la lista resulta interminable, pero el común denominador es las fuerzas armadas, conformadas por ejércitos elitistas, no como el de nuestro país que es eminentemente popular – recomiendo conocer más ese Ejército mexicano que usted ve y conoce bajo la óptica de la visión de las izquierdas latinoamericanas, que sí han sufrido la bota militar, pero que para el caso de México no aplica, porque para comenzar, los cuadros de mando que se forman en las escuelas militares – le comento a cuales me refiero para su estudio – el H. Colegio Militar, la H. Escuela Naval y el Colegio del Aire, a esas escuelas ingresan jóvenes de las más diversas extracciones sociales, que a diferencia de aquellas latinoamericanas, donde los muchachos para ingresar, pagan más de cien mil pesos de fianza, lo que las hace elitistas – eso pagó Hugo Chávez para estudiar en la Academia Militar de Venezuela – en México la fianza no llega a los mil pesos, es así que ingresan, desde hijos de campesinos, pescadores, obreros, comerciantes, en general de los estratos más pobres del pueblo de México, en esos centros educativos se forman quienes van a dirigir a las fuerzas armadas, ahí se les inculca el valor de las instituciones, disciplina, respeto a los símbolos patrios y al gobierno civil, se les enseña hasta cómo comportarse ante la bandera y ceremonias solemnes, y algo que le puede parecer intrascendente, hasta cantar el himno nacional.  

Nuestras fuerzas armadas no están para hacer política, están para obedecer, servir y defender a la Patria, y nunca, como ya se ha dicho, durante más de 107 años ha habido ningún intento de golpe de Estado, no obstante que hayamos tenido – como usted ha sostenido – presidentes impresentables. Mire usted señor presidente, no hemos tenido ni tendremos golpes de estado porque eso no depende de quien, o como haya llegado a la presidencia – incluido usted – eso se debe a la formación y lealtad de las fuerzas Armadas Mexicanas, esas que usted tanto desprecia – por esa visión rara de las izquierdas latinoamericanas que han sufrido bajo la bota militar, pero que repito, no es el caso de México, y a las que con ese twiter les infringe un agravio más, además de que le exhibe como mesiánico, suponiendo que es por usted por quien es que los golpes de Estado en México están proscritos. Estudie también la historia reciente de nuestro país. En la transición democrática de México, las Fuerzas Armadas, fueron garante del cambio institucional, basta leer un poquito de ese cambio y, como el Presidente Fox, también obnubilado en su ignorancia, temeroso del Estado Mayor Presidencial, antes de tomar posesión, dijo que a él lo iban a cuidar elementos traídos de Israel – usted no ha sido el único engañado por esa corriente de pensamiento de izquierda latinoamericano – para después darse cuenta de su error y corregir. 

No se deje embaucar , que hoy se ha exhibido una vez más, sino es que es una lamentable y burda intentona por sacar una cortina de humo frente a los errores de Culiacán, donde por cierto, le siguen enredando en cada declaración, serénese señor presidente y comience a escuchar a sus asesores más talentosos y menos aduladores, porque le están distrayendo de los abusos que ellos sí cometen en su nombre.