El idealismo del presidente Andrés Manuel López Obrador se ve reflejado en el alto costo de la construcción de la Refinería de Dos Bocas que representa la terrible contradicción entre el deber ser y su contra parte expresada en caprichos, como mandar al diablo a expertos económicos y técnicos especializados, corrupción galopante acompañada de su inseparable impunidad, compadrazgos y despilfarros.

 

¿Transformación?

El presidente dijo en su mañanera del 1 de junio algo muy cierto, “se está llevando a cabo una transformación, se está terminando con los privilegios, se está limpiando de corrupción al gobierno y hay quienes no quieren dejar de robar, hay quienes quieren mantener privilegios y además quieren que continúe el clasismo, el que sólo se atienda a los que tienen más posibilidades económicas y que se le dé la espalda al pueblo, a los pobres”.

 

Su equipo, su principal adversario

La mayor resistencia pareciera estar dentro del propio equipo del mandatario. No hay cambio en cuanto a los regímenes anteriores, la corrupción se mantiene igual o peor, algunos funcionarios tienen una cola muy grande y no les importa contradecir al presidente, se niegan a dejar de robar y de obtener beneficios por el puesto que ostentan. Así lo dejan ver Manuel Bartlett, Rocío Nahle, Ana Gabriela Guevara, algunos delegados estatales, una gran cantidad de los alcaldes de Morena y hasta en el propio partido fundado por AMLO.

En pocas palabras, nada nuevo y sí mucho de lo viejo. Dos Bocas es el ejemplo más claro de esto y la representación evidente de lo que son.

 

Dos Bocas, pueblo gastando y amigos generando

Técnicos y especialistas de México y el mundo vieron inviable la refinería de Dos Bocas y sin embargo esta magna obra va, a costo de lo que sea.

Desde hace más de 11 años el Instituto Mexicano del Petróleo, alertó que el municipio de Paraíso, Tabasco presentaba el mayor riesgo para la instalación de una refinería

En 2019, el mismo IMP, al reiterar la inviabilidad de la construcción de Dos Bocas declaró que el costo final de la obra será de 14,740 millones de dólares, discrepando de los 8,000 mdd presupuestados por el gobierno.

De acuerdo con una copia de este estudio obtenida por el periódico Reforma, el IMP planteaba dos escenarios. El primero sería llevar a cabo este proyecto con 100% de fondos públicos, que no generaría beneficios hasta 20 años después de que comenzaran las operaciones.

El segundo sería viable pero limitado, pues se tendría que realizar con un 30% de fondos públicos y 70% de fondos privados. Para esto sería necesario realizar estudios técnicos que avalaran el éxito del proyecto, para poder atraer a los inversores. Esto implicaría que la refinería estuviese lista para 2024, ya que tomaría 1 año de planeación y 4 de construcción, contrario a los 3 que había presupuestado SENER. Este escenario, evidentemente no caminó porque ningún inversionista privado le entró. Nadie arriesga su dinero de esa manera.

 

Lambiscones solamente

La solución para terminar con la controversia en 2019 fue lo que ya se volvió una costumbre en este gobierno, separar del cargo a los incómodos, corrieron al director del IMP, igual que lo hicieron recientemente con el director de la CONAMER, por pedir que el decreto de SENER sobre energías renovables tuviera la opinión técnica como lo marca la ley.

Siendo inviable Dos Bocas, Arturo Herrera habría declarado en 2019 que los 2,500 millones de dólares que serían destinados ese año a la construcción de Dos Bocas, se usarían para incrementar la producción de la estatal Pemex y aclaró “no autorizaremos la construcción hasta que tengamos un plan final que no sea muy diferente a los 8,000 millones de dólares que se contemplaron originalmente”.

Por qué la necedad de Rocío Nahle sobre Dos Bocas

Con poco o nulo reconocimiento y cartas credenciales para ocupar un cargo tan importante como el de Energía, cuando el mundo experimenta la transición energética, a Nahle pareciera que solo le importa el petróleo y particularmente Dos Bocas. Puede haber muchos intereses económicos de por medio.

Nahle trabajó como técnica en Coatzacoalcos y Minatitlán desde que llegó a Pemex y de donde nunca salió para hacer nada más.

Como técnica de Pemex en Coatzacoalcos y Minatitlán se presume que conoció perfectamente todo el entramado de la planta de Etileno XXI que Pemex desarrolló en sociedad con Odebrecht, Braskem e IDESA, está última empresa del actual secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriu y de sus familiares.

Cuando fue Diputada por Morena y en plena campaña electoral del 2018, según las declaraciones de la diputada local de Morena Eva Cadena, quien fue sorprendida recaudando fondos de procedencia ilícitapara la campaña de AMLO, señaló como responsable a Nahle de ser la persona a quien se le entregaban los fondos. La mecánica que operaba presuntamente Nahle fue la misma que se hacían en 2004 cuando René Bejarano entonces secretario particular de AMLO, Carlos Imaz esposo de Claudia Sheinbaum y Delegado en Tlalpan y otros más, pasaban a la oficina de Carlos Ahumada por la cuota para la campaña de 2006.

Entre otras cosas en las que Nahle ha sido mencionada o estado involucrada, la nota reciente de Reforma advierte que Grupo Huerta Madre, propiedad de dos eminentes empresarios de Coatzacoalcos y amigos de Nahle constituyeron la empresa tan sólo cinco días antes de que Pemex le asignara por invitación restringida un contrato por 4 mil 968.9 millones de pesos para la nivelación de terreno de Dos Bocas, según el Registro Público de Comercio de Tabasco.

En los próximos días AMLO realizará una gira proselitista para “supervisar Dos Bocas”, el reflejo más claro y brillante de lo que es la 4T: la corrupción, el compadrazgo y el despilfarro, que los pinta de cuerpo entero.