Aún hay personas e instituciones que todavía  invitan a dar pláticas a Carlos Salinas de Gortari, expresidente de México del período 1988-1994, muy conocido por todos los mexicanos, no requiere presentación. En esta ocasión fue  invitado como orador principal  para cerrar el foro de la Conferencia Latinoamericana de Estudiantes de la Harvard Kennedy School en Massachussetts, la exposición de Salinas es una verdadera joya, su alocución repite su trauma de la crisis de 1995-1996, no la supera; intenta justificar la época que más salieron de México indocumentados fue en el sexenio de Ernesto Zedillo por la crisis de la que él fue culpable. Justifica el TLCAN aunque éste se dio en condiciones desiguales y hoy a punto de desaparecer, Carlos Salinas defiende su modernización sin explicar qué es lo que entiende por modernización, con toda seguridad no es lo mismo que Donald Trump.

Salinas de Gortari si de algo carece es de credibilidad en México, no sé si los estudiantes de Harvard puedan creerle o lo tomen como orador por ausencia de otros, lo que sí puedo mencionar es la falta de objetividad y de argumentación en su exposición pues el expresidente considera que “sin duda el país enfrenta tres problemas importantes, los de las “íes”: inseguridad, injusticia e insuficiente crecimiento económico”, lamentable que su corta memoria solo justifique la actuación de su mandato y el establecimiento de los pilares del engranaje que construyó meta sexenalmente –como él alguna vez lo dijo- para mantener en el poder político a una plutocracia hasta el 2015 (ese era su plan), el sexenio y la perspicaz visión de Carlos Salinas sentaron las bases de lo que hoy tenemos; gobiernos coludidos con el crimen organizado y narcotráfico, una polución de la corrupción e impunidad que parece inacabable; no hay espacio en todos los Estados del país que no hayan sido tocados por este cáncer.

Lo que hoy vemos como casos cada día más Guinness World Records de la corrupción y violencia (Ayotzinapa, Tlatlaya, Casa Blanca, Odebrecht, Oceanografía, OHL, una docena de ex Gobernadores corruptos y un Presidente incapaz de hacer algo) es el resultado de una gran operación política y de capitales transnacionales por encima de partidos, ideologías o liderazgos, frente a una ciudadanía muy noble y resistente. El sistema instaurado pudo corromper gran parte del tejido social.

La historia  pronto va a ubicar en su justo lugar a cada actor de los últimos veinte años, cada día los ciudadanos tienen un recuerdo más nítido del pasado inmediato para no repetir los errores del pasado.  Carlos Salinas será muy recordado sin duda, pero no de la forma que él quisiera.

Carlos Salinas también es una variable en el juego de las campañas, todo lo que diga y haga juega en un sentido.