Un debate es aquella exposición oral, de preferencia, de una serie de ideas sobre uno o varios temas predeterminados; puede ser múltiple donde sean varios expositores a la vez. Todo debate profesional tiene un formato para que todos los panelistas estén en igualdad de circunstancias, o sea con el mismo tiempo para exponer sus ideas.
El debate de hace unos momentos tuvo un formato creado en temas donde se hacían preguntas sobre subtemas específicos, con tiempos de dos minutos de exposición y réplicas de un minuto y medio. La duración total fue de dos horas con múltiples rondas con las opiniones de los candidatos. No creo que haya sido el más adecuado.
Un debate no debe cansar, no debe ser monótono, tieso y acartonado; debe haber una vivencia de los dichos y en dos minutos es imposible. Entonces debimos estar aguantando rondas de los candidatos, donde ellos mismos reciclaban sus propuestas por la similitud de las preguntas. Así estuvo el primer debate de candidatos: aburrido y desgantante.
Es un hecho que los candidatos tienen mucho que decirse entre ellos, si, hay que darle preferencia a las propuestas; pero subir el nivel del debate implica elevar la intelectualidad del mismo. Solo con improvisación se podrá lograr, al tener todo predeterminado genera aburrición y por lo tanto desinformación. Que mejor situación que un político tenga tiempo y obligación de contestar los señalamientos de otro.
Fueron varias las veces que los candidatos debían ser interrumpidos, que evidentemente les faltó tiempo para hacer sus señalamientos. En algunos momentos aceleraron el paso para decir todo lo que deseaban decir, pero fue más que evidente que no tenían tiempo de nada. Muchos temas, poco tiempo.
Por lo tanto el Instituto Federal Electoral (IFE) debe cambiar el formato del debate, me niego a que sea predeterminado, con uno o dos temas es más que suficiente y que cada candidato tenga más tiempo para discutirlo a fondo. Con réplicas y contra réplicas bastante amplias apara que haya tiempo de explicar todo señalamiento.
Si no es así, ni los candidatos, ni los electores tendremos una idea concreta de quienes son los candidatos. Insisto en el nuevo formato debe haber improvisación para hacer más vivo (entretenido) el siguiente debate que por ley se realizará.