Qué lejos está de que se cumpla aquella vieja exigencia de que las corrientes políticas internas en el PRD deberían de desaparecer, como en algún tiempo diversas voces importantes, tanto de dentro como de fuera de este partido, lo demandaban con vehemencia. 

Ello por haberlo considerado como una condición  urgente y necesaria para que este instituto político pudiera alcanzar el status de un partido ciudadano, y así pudiera también transitar por los caminos de la democracia. Más aún, quienes pugnaban o siguen pugnando por la desaparición de tales corrientes, lo hacen porque estimaban que éstas representaban un factor permanente de división y de ruptura al interior de este partido, denominado paradójicamente de la revolución democrática.

Bueno, pero cuáles son estas corrientes que conforman al PRD. Como se sabe, se tiene a Izquierda Democrática Nacional (IDN), liderada por el profesor René Bejarano; Nueva Izquierda (NI), representada por los Chuchos a través de Jesús Ortega y Jesús Zambrano; MEC, de Marcelo Ebrard; Alternativa Democrática Nacional (ADN), de los hermanos Bautista en el Estado de México; la UNYR de Armando Quintero, e Izquierda Social, que lidera Martí Batres. Lo más reciente, habrá de ser morena (movimiento de regeneración nacional) creado por Andrés Manuel López Obrador y considerada como una corriente más. Estas, entre  otras de las más destacadas expresiones políticas que de facto componen al PRD. 

La lucha fratricida entre corrientes internas, peyorativamente mejor conocidas como tribus, ha consistido en que su objetivo constante es el de apoderarse, en primer término, de la dirigencia del PRD, y después, como un fin inmediato, la de obtener en cada lugar, dónde haya procesos electorales, el mayor número de candidaturas para los distintos cargos de elección popular que estén en disputa. 

Ese activismo político que despliegan, provoca que siempre se vea al PRD que está en ebullición y en el ojo del huracán, sumergido en escándalos y divisiones que provocan que la sociedad lo perciba como un partido rijoso y envuelto siempre en conflictos internos que  no le permiten alcanzar su ritmo y estabilidad necesaria como partido político, apto para competir con sus similares. 

Todo esto viene a colación porque la Izquierda Democrática Nacional, que como ya se señaló, liderada por el Prof. René Bejarano, el próximo fin de semana realizará su propio congreso, lo que significa que después de haber obtenido tantos triunfos electorales en la recién concluida contienda política, como ninguna otra de las corrientes antes mencionadas, seguro que con ese evento se apresta a realinearse internamente para estar mejor posicionada y así enfrentar los nuevos grandes retos que próximamente se le habrán de presentar. 

Congreso al que la Izquierda Democrática Nacional, se le nota que irá con el ánimo muy arriba y extremadamente motivada por esos recientes éxitos. 

Quizá también con la mira puesta en extender su influencia hacía aquellas regiones del país donde la izquierda no tiene gran presencia. Además, con ese congreso y dependiendo de los trabajos que en él se lleguen a realizar, la IDN,  no es de dudarse, que consecuentemente y en lo inmediato, le estaría marcando la agenda a seguir al propio PRD, ello por ser la corriente que hoy se caracteriza por ser una de las más fuertes y destacadas. 

Por eso es que ahora, al parecer ha cambiado la percepción, ya que si antes se decía que  las corrientes  o tribus mantenían secuestrado o atado  al PRD, hoy pudiera ser que le son necesarias, más cuando también se constituyen en factores reales de equilibrio interno, razón por la que habrá de concluirse, que si en antaño tales corrientes significaban debilidades para ese partido, hoy curiosamente podrían ser sus fortalezas, como las que le aporta, indudablemente, la Izquierda Democrática Nacional. 

Pálida tinta: Y al hablar de divisiones en la izquierda, cabe señalar que si por casualidad, Andrés Manuel López Obrador, tiene pensado transformar a su “morena” en partido político, desde aquí le avisamos que ya se le adelantaron, porque el Diputado, Gerardo Fernández Noroña, en días pasados  anunció que hará lo necesario para crear un nuevo partido, el que dice que se llamará Partido de Izquierda Libertaria. Esto es también por si ellos, en la campaña política reciente, no se llegaron a encontrar en algún lugar por ahí, pues seguro que ahora si se cruzarán en sus respectivos caminos, ya que para llevar a cabo  proyectos de esa índole, es decir, de creación de nuevos partidos políticos, implica que habrán de recorrer el país para convencer a los ciudadanos que simpaticen con esa idea, para luego realizar las asambleas estatales requeridas, que para ese fin establece el COFIPE. De encontrarse ambos ¿se desearían suerte? ¿Usted que cree? Lo veremos.