En la mitología griega, el demonio del pozo, "Cerbero", era el perro guardián del Dios Hades. Era un monstruo de tres cabezas, que se encargaba de guardar las puertas del inframundo. Era un temido perro infernal.

Era tan perverso, que hubo quien lo describió con más de 50 cabezas y con cola de serpiente. Su función principal era impedir que las almas atrapadas por Caronte, pudieran escapar del infierno y se quedaran allí encerradas para siempre.

En el siglo XXI, aunque no se ha confirmado nada a través de fotografías, video o grabaciones de audio, hay navegantes que aseguran que en el Golfo de México, entre la desembocadura del Río Bravo, divisoria entre México y Estados Unidos y el Río Pánuco, que divide a Veracruz de Tamaulipas, habita también un monstruo de tres cabezas tan perro e infernal como Cerbero.

Sin embargo, los marinos y amantes de los mares profundos del Golfo de México, no son los únicos que han confirmado el avistamiento del monstruo de tres cabezas. Aún no tiene nombre, nadie sabe su origen y cómo llegó a dominar no solo los mares, sino también la extensión territorial de Tamaulipas; los sobrevivientes a esta enorme bestia dicen que tiene cuernos como de Vaca o del propio Belcebú.

Ahora que el colectivo social habla del animal de tres cabezas y su importancia por el Golfo de México, surgen algunos valientes para intentar capturarlo. Hay quienes están interesados en ir a buscarlo hasta donde se esconda: en la oscuridad del Golfo de México o por la ribera del Río Bravo, no importa si se camuflajea entre las balaceras en Reynosa o Nuevo Laredo, hay algunos valientes que quieren atraparlo como Hércules a Can cerebro, quien logró encadenarlo.

Pero a estos valientes opositores al monstruo de tres cabezas, tampoco les será fácil derrotarlo; el desconocido espécimen como toda bestia y como todo ser de este mundo, también ha generado seguidores.

Existe un jovencito valiente, oriundo del sur de Tamaulipas, que lleva varios meses creando su estructura para defender al aparentemente invencible engendro.

En sigilo ha trabajado, concentrando soldados de complexión atlética y deportiva. El único requisito es ser mayor de edad y estar listo para defender a capa y espada, al monstruo de tres cabezas con cuernos de Vaca. A este personaje, con cara de niño, podríamos compararlo al Principito: luce como un niño aún, pero ha demostrado madurez en su manera de trabajar para armar su ejército como un verdadero gigante, con un sentido de la vida, anteponiendo la amistad y el amor, incluso hasta para ver las virtudes y bondades del monstruo de tres cabezas, justo como haría el protagonista de la obra maestra de Saint Exúpery; a este personaje ya bien identificado en Ciudad Madero, Tamaulipas; se le conoce como Carlos “El principito valiente” Altamirano, hijo del rey Carlos V, sobrino del millonario Arturo Elizondo Naranjo, y amigo del máximo combatiente del pueblo, Francisco Javier García Cabeza de Vaca.

No le pierdan la pista al moderno principito.