Ayer se realizó el Congreso Nacional de Morena, después de algunos contratiempos yo pude incorporarme a los trabajos de equipo, donde se abordan temas y tareas de acción y visión, con responsabilidad y definiciones.

No me gustan las medias tintas y menos el relajo ola actitud que mancha un proyecto de izquierda. Así lo hicimos y vamos cumpliendo. Lo que venga es bueno y positivo para todos. Ya sabemos quiénes son los amigos y cuáles los adversarios. Al tiempo.

No faltan las posiciones, pues Morena, aunque es diferente a otros partidos, se debe admitir que en su seno hay opiniones. Algunas contradictorias, pero casi todas poniendo por encima sus coincidencias y el bienestar de la sociedad. Yo creo que la forma de trabajo se encamina a la tolerancia, la pluralidad, el respeto y a la integración de diversos actores políticos, sociales y económicos, en ello andamos. Creo que se puede. El país lo requiere.

En Morena coincidimos ciudadanos de diversas esferas sociales y también provenimos de diversos proyectos políticos o económicos. No somos uniformes y tampoco aceptamos que se nos excluya, precisamente por eso luchamos, contra un sistema que ha matado la esperanza de millones de compatriotas, luego entonces, no podemos aceptar que ese mismo código se aplique a quienes día con día peleamos por la libertad y nuestros derechos.

Ya sabemos que muchos nos ven con cierto rechazo. Pero, entonces, yo pregunto ¿qué sociedad queremos transformar o construir? Una sociedad de iguales y de respeto o una sociedad de verdades absolutas. Yo voy por una sociedad libre y con derechos por los que hemos luchado durante muchos años.

Aclaro que no soy delegado o consejero en ese partido, pero al mismo tiempo me molesta que algunos "caraduras" se ostenten como "casi los puros y santos" de un proyecto que nació de abajo y que impulsamos todos. Firmar o participar en la resistencia civil no fue fácil, pero de repente se encuentra uno a un déspota inservible que se cree el dueño de la idea y además califica y descalifica. Luego entonces, Morena debe entender que representa la aspiración de un cambio de país y que la actual dirección, que por cierto puede cambiarse, debe estar acorde a las necesidades y reclamos. Un clamor se escucha en México, si Morena no se asume como digno representante de lo que queremos modificar, otros actores harán lo propio y a nadie debe enojar.

En los estados, Morena debe actuar con enorme responsabilidad, conozco a algunos de sus dirigentes que no trabajan y únicamente actúan por consigna o en función de lo que les conviene a quienes les impulsaron. A mí no me interesa obtener algún cargo de representación popular ni tampoco soy de los que se espantan a las primeras de cambio.

Por el contrario, que se sepa que un gran grupo de ciudadanos de todo el país, México, vamos a defender el proyecto que impulsamos y que se llama Morena, hasta ahora, que no les tememos y sí les tenemos dudas o cierta desconfianza a los que supuestamente dirigen Morena en los estados. Como veo doy. O como dicen mis amigos y compañeros, como veamos, vamos. Vale.

Ya concluyó el Congreso, todos me comentan pormenores, acuerdos y desacuerdos, yo respondo que hay que entender que no todos están a la altura delas circunstancias y que sí se puede, pues hay que establecer criterios de reivindicación democrática, pues así como se hace afuera, se debe hacer adentro. Vamos entonces juntos a cambiar a México y que tengamos las mejores propuestas y proyectos de trabajo. Sí se puede y sí se debe. ¡Adelante!