Cuando México se pirateó la constitución de los Estados Unidos y la “tropicalizó” dándole un sentido mexicano, fue en su momento una de las cartas magnas más audaces y avanzadas del orbe, se le permitía el voto a la mujer y todos éramos iguales frente a los ojos del estado al menos, pero en la vida real no ha sido así ya que aquellos cercanos o parte del poder ya sean hombres o mujeres pueden realizar actos de impunidad y “corrupción” que es la manera linda de decir cuando un político está robando y enriqueciéndose a costa de todos.
Duarte-gate
Javier Duarte sin duda, es un ladrón que utilizó la bondad del pueblo veracruzano para hacerles creer que él era el indicado para llevar los destinos políticos de su entidad federativa, como es claro llegó a ser el gobernador y de esta manera se hizo de una gran fortuna desviando recursos por al menos 50 mil millones de pesos que es demasiado dinero para esconder por una sola persona y sobre todo cuando la gran mayoría es en efectivo.
¿A poco no sabían de estos desvíos en la Secretaría de Hacienda y gobernación?
La secretaría de hacienda es la encargada de recaudar los impuestos de los mexicanos y al mismo tiempo reparte el “presupuesto” entre las diferentes entidades que componen la Republica Mexicana y al parecer a pesar de tener a los “expertos” más reconocidos en materia económica y administrativa de los dineros, se les chispoteó un poco a los secretarios de hacienda que han estado ahí desde el 2010 hasta el día de hoy. Lo mismo ha sucedido con los secretarios de gobernación que se han hecho de la vista gorda frente a este y otros desvíos multimillonarios en perjuicio de todos los mexicanos. ¿Entonces para que diablos han estado ahí?
Para que fraudes de este tamaño se den en cualquier rincón del planeta, es necesario tener cómplices en posiciones estratégicas que quizá por una lanita que equivale a varios millones de pesos, se hacen de la vista gorda y dejan pasar algunas pequeñas atrocidades millonarias, al fin de cuentas no es su dinero y este sólo tiene un valor relativo.
¿Contubernio o ineptitud?
En la era de el reconocimiento facial en cuestión de segundos, el rastreo satelital, y un sinfín de elementos tecnológicos que permiten saber en cuestión de segundos el paradero de gente, mercancías o manejo de dinero (tan simple como que en la Secretaría de Hacienda se prende un foco cuando usted realiza transacciones mayores a 5 mil dólares), resulta que ahí, desde el estado donde su chamba es cuidar el bienestar de los mexicanos, se les han pasado por alto varios desfalcos multimillonarios como el de Javier Duarte y su tocayo de apellido César Duarte en Chihuahua.
La debilidad del estado
La principal debilidad del estado mexicano reside en que el sistema jurídico es totalmente manipulable debido a que tiene leyes y normatividades que castigan ferozmente a delitos como el narcotráfico realizado por civiles, pero es blando con los políticos que delinquen con sus millonarios actos de corrupción que inclusive son mucho más perjudiciales para el pueblo. Por eso si usted pone atención los principales defensores de la débil constitución mexicana en estos menesteres son los políticos que saben que leyes, normatividades, arqueos y supervisiones duras con los presupuestos que manejan aunadas a penas más duras, los pondrían en jaque a todos.