Soy un activista en el anonimato. Soy de la idea de que los grandes cambios se realizan permeando poco a poco las estructuras del sistema. Las revoluciones de montón, en bola, impactan, hacen que las élites se sacudan, pero al final todo sigue igual. El ejemplo actual más claro son las “primaveras árabes”. Sí, consiguieron derrocar dictadores pero cuando la democracia tuvo su oportunidad en esos países demostraron su retrógrada podredumbre antiliberal propia de la mayoría de la gente. Túnez reformó muchas de sus leyes para hacerlas más afines a la Sharía, la Ley Islámica. Peor camino tomó Egipto: en sus primeras elecciones eligieron al partido de Los Hermanos Musulmanes quienes poco a poco pusieron en marcha una serie de reformas y práctica muy parecidas a las que aplica Irán, que es una Teocracía.

La más triste consecuencia de esa orgásmica explosión “juvenil” (para el viejo Occidente) es la Guerra Siria, una guerra de muchos bandos, de todos contra todos. Lo inexplicable del asunto, a diferencia de Corea del Norte, es que una familia perteneciente a una minoría interpretativa del Islam, se haya estado pasando el poder en un país de mayoría sunní que desprecian a los chiítas donde pertenece el presidente sirio. A eso auméntenle el peligro del Estado Islámico (ISIS).

Es por ello que decidí ayudar a Gonzalo. Su persona representa o desmiente ese viejo dicho que dice “un soldado que se pone a pensar casi ha dejado de serlo”. Al contrario, como la profecía del profesor de Arthur Rimbaud. Un soldado que piensa es un arma letal, de doble filo, un guerrero del bien y del mal porque sabe que al recibir una orden primero pondrá en la balanza ¿qué tan racional o legítima es? ¿Es para proteger o dañar? Y por último ¿me conviene o no? Un superior que sabe que tiene subordinados de esa categoría será más directo y le dará más libertad de acción y preverá no ordenar estupideces que quiten tiempo, recursos, fuerza, desmoralicen o dinero.

Aquí reitero que él necesita un empujoncito de parte de todos para empezar un negocio y tener nuevamente los recursos para pelear desde el Poder Judicial de la Federación su derecho a la No Discriminación. Con su número de cuenta interbancaria:

012180015185970301

Y su móvil por si hay dudas: 5515736833

“Yo no sé qué tengo, sólo sé que me irrito, ando nervioso o ansioso todo el día, yo no era así desde que aquel idiota me grito sidoso, muérete y más y luego la queja ante la CNDH y que me arrestaran por quejarme, además de las burlas de algunos hasta hoy.”

No, que quede claro, Gonzalo no culpa a la SEDENA de haberse contagiado de VIH. Si bien cada quien es responsable de lo que hace, Gonzalo culpa a la SEDENA de haberle provocado un trastorno mental. ¿Y cómo? Por no estar proporcionando información de qué es el VIH, de cómo se contagia y cómo convivir con alguien viviendo con el virus. ¿Por qué? Porque así lo manda la Constitución pésele a quien le pese, porque no faltará el idiota que se entere del estado serológico de alguien y lo primero que haga sea propagarlo (algo muy común en las Fuerzas Armadas), que algunos se burlen, otros huyan y no faltará quién se lo reproche. “Eres un nefasto, tú no me sirven” eso le dijo mañosamente en privado el Coronel Ingeniero en Transmisiones Militares Rubén Raúl Angulo Urista. “Si el VIH es un castigo lo recuerdo cada doce cuando debo tomas mis pastillas, no necesito que me lo estén restregando.”

“Si yo no tuviera el trastorno que me provocaron con tanta bulla, al contagiarme yo no me hice inútil (esa horrible palabra que la Suprema Corte avaló como válida para referirse a un soldado con alguna incapacidad), me hizo inútil la SEDENA, y a lo mejor la SEMAR, porque ellas asesoran al Presidente para hacer propuestas, al pedir que el VIH primero fuera considerado como inutilidad y luego como un trastorno funcional sin ninguna base científica. Y al Congreso, por legislar y aprobar siempre sin rechistar lo que les ponen en la mesa las Fuerzas Armadas. Es una ley tan absurda como si hubiera una ley que dijera que es delito andar desnudo en tu propia casa. Así las cosas”.

¿QUÉ DICE LA CIENCIA?

La ciencia no tiene una postura clara sobre qué puede y no puede hacer una persona viviendo con VIH, la ciencia solo dice que el VIH se transmite por relaciones sexuales sin protección, compartir jeringas, transfusiones de sangre, de madre a hijo antes o durante el parto o por amamantamiento. Que el VIH es un virus “anaeróbico”, en cuanto entra en contacto con el aire se cristaliza sin manera de salir después de ese estado y por lo tanto desactivándose: Si usted se accidentara con una persona portadora donde ambos sufren lecciones lacerantes y haya sangre por todos lados, la probabilidad de contagiarse es prácticamente nula, y eso suponiendo de que no se supiera que alguno de los dos es portador y por lo tanto habría cientos de miles de virus en un microlitro de sangre y aún así el riesgo realmente es nulo. Y si la persona se encuentra bajo tratamiento debe saber que en un microlitro de esa sangre habría ¿uno, dos virus o ninguno? La evidencia empírica, que la misma ciencia en este caso se toma en serio, demuestra que todo eso queda patente con la muestra de que hay millones de personas infectadas realizando trabajos duros: albañiles, cargadores, guardias privados, soldados en países sin presupuesto para hacer la prueba y en plenos conflictos civiles, o realizando tareas insalubres y ahí están, como usted y como yo, enfermándose o no de otras cosas.

“Me dicen que estoy enfermo o mi enfermedad, o que mis defensas están bajas”. En este último aspecto quienes lo dicen tienen razón a medias ya que en el caso particular de Gonzalo dejó pasar el tiempo sin tratamiento por y sus defensas empezaban a sucumbir ante el virus. Pero al seropositivos y a las otras personas sus defensas o sistema inmunológico se encuentran en sus niveles variables particulares. Con tratamiento igual.

Sepa usted que todos somos portadores de cientos de virus que terminan causando enfermedades mortales. El VPH en algunas cepas causa cáncer, el virus del Epstein Barr causa linfomas.

DERECHOS Y DEBERES

 “Sí los científicos y médicos supieran lo que hace un soldado en México dirían que el VIH no es problema, aún tratándose de un enfrentamiento. No hay parámetro que diga este es el diez, veinte, treinta o noventa por ciento de tu salud. Es racionalmente estúpido.

Mi deber es cumplir, si no cumplo me imponen un correctivo disciplinario. La verdad en nuestras fuerzas armadas las cosas están muy tergiversadas. Hay algo que le dicen Valores Militares pero ahí te va dónde está ese error que no sé a qué se deba pero que lleva décadas existiendo. El Honor se confunde con arrogancia e hipocresía, el Valor con violencia, la Lealtad con complicidad y hasta colusión, el Patriotismo con hacer lo que simplemente debes de hacer y el Espíritu de Cuerpo con corrupción.

Eso ocasiona otros problemas, diría que hasta crímenes de los cuáles nadie se quiere responsabilizar después. Y como dicen que el hilo se rompe por lo más delgado, siempre se van contra el más tonto”.

Pero hay otras dependencias u organismos que se yerguen como los maestros del comportamiento, adalides del cumplimiento de la ley pero…

LA CULPA DE LA CNDH

“La CNDH no quiere a los militares y creo tampoco a quienes lo fueron, eso me lo dijo el visitador adjunto, que nosotros somos como animalitos sin razón ni tenemos derecho a exigir nada. Qué por eso no le interesaban los casos de militares.”

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos ha caído en un desprestigio total y está de más mencionarlo. Pero una institución que hace propaganda de que vigila y protege tus derechos, que según educa al gobierno, que ayuda a las víctimas, pero que excluye a otros grupos entonces es culpable tanto o más que las autoridades a perpetuar la Corrupción.

Lo último que Gonzalo dice es: “No pido limosna, quiero más trabajo, porque yo ya no puedo ascender ni aspirar a prestaciones de Banjercito que sabe mi diagnóstico para tener el recurso  y obtener Justicia, que es lo que realmente quiero, Justicia.”

Almicar Bartomeu Chagal

*ABC*

@LePordiosieu