En las elecciones pasadas perdieron el registro en cuatro entidades, Colima, Coahuila, Tamaulipas y Nuevo León sin mencionar que en la CDMX Morena les dio una paliza, una verdadera batalla donde lo dejó casi muerto.
Donde no perdieron el registro fue donde vendieron su supervivencia al PAN, la alianza antinatural pero con un fin común; el poder por el poder. Y es así porque Acción Nacional y el PRD no pueden solos contra el PRI, las cosas como son.
Una vez que llegan a la victoria con dicha alianza mutante (sus ideologías son tan opuestas) los del PAN sobran a los del PRD a la hora de repartir el pastel. Así que en resumen los usan y los desechan, se sirven de ellos y los usan de tapate.
El PRD como el PAN tiene una gran lucha interna por el control y en consecuencia quien encabezará las candidaturas futuras. Solo dejan entrever su poca madurez política que su prioridad son sus intereses de grupo o de tribu olvidando que la prioridad es la sociedad, además de ofertar una plataforma de gobierno seria de acuerdo a su base ideológica.
La buena noticia de que pierda su registro es que será un partido menos que viva de nuestros impuestos.
La batalla apenas comienza. El terreno a conquistar es la percepción y el ejército son los simpatizantes y activistas que han depositado su confianza en un proyecto político. Hemos convertido así, las palabras y las imágenes en armas de alto calibre.
Las próximas elecciones serán una carnicería, esto se debe a que la información negativa es más fácil de recuperar por la memoria, deja mayores impresiones y tiene un mayor impacto en los receptores. Sumado a ello vivimos en la era digital y cada día que pasa más mexicanos tienen acceso a internet así que las próximas campañas no se parecerán mucho o nada a las anteriores.
Como dijo en una ocasión el Doctor César Camacho: “Si no cambiamos nos cambian” y al PRD ya lo cambiaron por otro. Esperamos el día que pierda su registro nacional.