“Usó Trump a López Obrador”, dice Raymundo Riva Palacio en El Financiero. Cita para intentar demostrar su afirmación a políticos demócratas, como el diputado demócrata por Arizona, Raúl Grijalva: (i) que la visita de nuestro presidente a Washington fue “una ‘cachetada’ a los mexicanos, a los mexicano-americanos, y a todos aquellos que buscan asilo en Estados Unidos”; (ii) que “AMLO se ha convertido en un colaborador de Trump y ha estado dispuesto a ejecutar la agenda de Trump al otro lado de la frontera”, y (iii) que Trump utilizará para su campaña política todo lo positivo de que de él expresó Andrés Manuel.

Desde luego, no estoy de acuerdo con Riva Palacio. Si a alguien beneficiará el encuentro AMLO/Trump es al presidente de México. Aquí, en su casa, la visita a Estados Unidos la ha aprobado el 73% de la gente.

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¿Puede el gringo tan loco como anaranjado presumir tales números en su país? Estoy seguro de que no. Su nueva e hipócrita actitud hacia los votantes de origen mexicano no convencerá a un grupo que ha ofendido durante años; los radicales de derecha que tanto lo han apoyado, por su parte, se decepcionarán de que Trump se haya rendido por completo ante el hechizo de un político de izquierda, y los estadounidenses neutrales o  no ideológicamente comprometidos con ningún partido, por así decirlo, seguirán pensando exactamente lo mismo que antes: tanto quienes apoyan a Donald Trump como quienes lo detestan mantendrán sus posiciones.

El problema lo tiene en México una oposición todavía sin líderes inteligentes y atrevidos —con la única excepción de Dante Delgado, de Movimiento Ciudadano—, partidos como el PAN, PRD, el propio MC y México Libre, a los que les resultará ahora mucho más complicado derrotar a Morena.

Sus guías intelectuales —Héctor Aguilar Camín, Jorge Castañeda, etcétera— ya veían segura la victoria contra el partido de AMLO en 2021. Hoy mismo deben estar en la depresión. Si son inteligente los dirigentes políticos que no militan en Morena tendrán que buscar alianzas con los principales candidatos morenistas, para ganar algo de territorio y esperar, esperar y esperar que Andrés Manuel tropiece antes de los comicios de 2024, porque para el 2021 ya se vio que llega más fuerte que en ningún otro momento.