Empleado notable, con las más altas calificaciones por méritos en el trabajo y muy apreciado por jefes y colaboradores y compañeros. Debido a la alucinada fusión de Bancomext con Nafinsa acordada entre Poncho Romo y el director de esas dos instituciones, Eugenio Nájera Solórzano, la persona de quien les platico fue uno de quienes sufrieron la pérdida de los servicios médicos, en un mal entendido afán de aplicar la austeridad republicana dictada por López Obrador.

Además, padre ejemplar, mayor de 50 años y por lo tanto, discriminado por las compañías de seguros para venderle una póliza a costos razonables.

Es que el seguro de gastos médicos mayores que él y su familia tenían, lo perdieron como parte de esas medidas de reajuste presupuestal.

Él y su esposa -ambos trabajando en Bancomext- perdieron además el 40% de sus ingresos. Con el fin de salvar la causa familiar, ella tuvo que recategorizar su puesto y ahí la llevaban hasta que un triste día, él no aguantó la presión y sufrió un infarto fulminante.

Por respeto a su memoria y al pesar de su familia no menciono su nombre, pero Eugenio sí que lo sabe.

Buscando quedar bien con sus superiores en Hacienda o sabrá el Dios de Spinoza con quienes, no está teniendo la más mínima muestra de humanidad al aplicar decisiones que no solo le pegan de lleno a la economía del personal, sino que están mermando la capacidad operativa de dos instituciones que por definición, no deben ser fusionadas, según funcionarios de ambos organismos con quienes platiqué.

Una fuente dentro de Bancomext que pidió omitir su nombre, me explicó ayer que el servicio médico es de mucha importancia, sobre todo porque a los mayores de 50 años no hay aseguradora que quiera venderles una póliza y menos si arrastran algún padecimiento añejo o requieren tratamientos prolongados. “Toda esta ola de incertidumbre ha llevado al colapso a muchos compañeros”, me dijo.

“Esperamos que esta fusión no termine de darse, sobre todo porque el presidente no tiene idea del tema y ya hemos visto que la ignorancia de quienes ahora dirigen a Bancomext y Nafinsa está hundiendo a estos dos organismos”, continuó.

El sindicato de Bancomext defiende las prestaciones que les han sido eliminadas a los funcionarios. Esto no lo hacen los líderes sindicales de Nafin, que han dado muestras de no interesarles lo que sucede con sus agremiados.

“Con mucho respeto creo que no deben de compararnos con otras dependencias que solo hacen trámites mediante un sistema sumamente burocrático y que no tienen el riesgo en la operación que tenemos nosotros, porque, créeme, cada crédito otorgado es analizado minuciosamente, es protegido con garantías y quienes participamos en ésta tarea somos responsables de cualquier error en el proceso”, añadió.

Lo que ocurre en Bancomext y Nafinsa está relacionado con la desaparición de ProMéxico, el organismo que se encargaba de atraer negocios e inversionistas a nuestro País.

Desde que arrancó el nuevo gobierno, las secretarías de Hacienda, Economía y Relaciones Exteriores se pusieron de acuerdo para desmantelar a dicho organismo.

Los expertos en negociación de ProMéxico fueron liquidados y las tareas altamente especializados que realizaban, se las están encargando a agregados económicos de las embajadas y consulados de México en el mundo.

El problema es que quienes trabajan en esas oficinas diplomáticas no son todólogos, a lo mejor sí le mueven a cuestiones culturales y otras por el estilo, pero en lo que se refiere a negociaciones con los tiburones del mundo de las empresas, parecen niños de párvulos en medio de másters y doctores en economía.

Nadie está en contra de que se apliquen medidas de austeridad, tomando en cuenta el dispendio que caracterizó a los sexenios anteriores.

Pero hasta para ahorrar se necesita ciencia, porque no se trata nada más de tumbarle lana a los presupuestos de las dependencias del gobierno, en los ejercicios que tienen lugar en las oficinas de Hacienda, de Economía, de Relaciones Exteriores, de la Oficina de la Presidencia y de otras dependencias.

Lo que se está viendo hasta ahora en la fusión de Nafinsa y Bancomext es repudiado no solo por representantes de la IP, sino por los mismos funcionarios y empleados que no alcanzan a entender de dónde proviene tan alucinada idea.

Nafinsa es el motor que mueve al desarrollo comercial y de crédito dentro de México; su jale requiere de operativos bien compenetrados con la política interna en la que interactúan las empresas.

En cambio, Bancomext trabaja de cara al mundo y su rol consiste en amarrar los hilos de cualquier inversión, compra o venta de cualquier país, que anteponga otras a México.

CAJÓN DE SASTRE

“A todas luces, no es por ahí, pero veamos hasta dónde llegan Eugenio y sus secuaces en esta fusión y espero que entre los daños colaterales no se lleven de encuentro al desarrollo económico de México”, dice la irreverente de mi Gaby.

placido.garza@gmail.com

PLÁCIDO GARZA. Nominado a los Premios 2019 “Maria Moors Cabot” de la Universidad de Columbia de NY; “Sociedad Interamericana de Prensa” y “Nacional de Periodismo”. Forma parte de los Consejos de Administración de varias corporaciones. Exporta información a empresas y gobiernos de varios países. Escribe para prensa y TV. Maestro de distinguidos comunicadores en el ITESM, la U-ERRE y universidades extranjeras. Como montañista ha conquistado las cumbres más altas de América.