Regla fundamental de la lógica y la ética del consumo es que cualquier cosa que se consuma NO PUEDE satisfacer totalmente al consumidor o ente consumista. ¿Para qué? Para que el consumo se pueda seguir reproduciendo a otro nivel.
Cuando en el mundo aparece el internet y paralelamente la fiebre por generar acuerdos de libre comercio que lo que intentaban es generar sociedades de consumo más grandes para que hubiera mayor y masivo consumo, en el mundo el efecto instantáneo del internet todavía no hacía boom para generar ya ahora sí definitivamente el clímax de la “globalización”. Eso en mucho determinó que los cálculos o predicciones acerca del modelo económico a seguir o las decisiones políticas y sociales que apalancaran, o si usted prefiere, “catapultaran”, “incentivaran” estos modelos y esta nueva era no fueran precisos.
Entonces fieles a la fiebre del consumo se comenzaron a generar discursos que “eliminaran” toda incertidumbre para adoptar al libre comercio como la medida ahora sí transformadora del mundo. Se decía, los mexicanos estaremos de tú a tú con los gabachos y los canadienses si firmamos un tratado de libre comercio y generamos (ojo al parche) la más grande zona económica del mundo, en donde se potencialice el consumo. ¿Ha notado usted cómo el peso tiene paridad de uno a uno con el dólar? ¿Cómo el ingreso per cápita de cualquier estadounidense o canadiense es el mismo que el de un mexicano? ¿Cómo en México no existe la pobreza, ni siquiera la extrema y cómo la riqueza nacional está concentrada equitativamente en el 99% de la población? Estoy siendo sarcástico por si no se notó.
En Europa ya se venía arrastrando la idea desde los años 70´s del siglo pasado de que si el continente se unía se generaría una mayor economía regional que podría hacer frente al cochino y apestoso imperialismo gabacho. Se creó la comunidad económica europea, pero se detuvo la generación de una moneda común (lo que después se conocería como euro) la cual se afirmada doblegaría al dólar. Generar una región económica o comunidad europea (una nueva de sociedad de consumo) significaba en el discurso de sus precursores el remedio y el trapito a todos los males.
Ni el euro doblegó al dólar, ni muchas de las sociedades de consumo que componían a este gran conglomerado de naciones, pudieron soportar la unificación, el cambio a corto, mediano y largo plazo devastó aún más a los países más pobres, e hizo más ricos a los más ricos. El problema se encuentra en el modelo económico, que no es compatible con el consumo mundial. Tampoco es el modelo que propone la “izquierda”, también ya se demostró que no sirve de mucho.
La promesa de la abundancia, del “desarrollo” (ojo al parche) sí llegó para todos los países que adoptaron el modelo, pero sucedió lo mismo que internacionalmente, los ricos acapararon todo y los pobres se volvieron más pobres. Otra regla fundamental de la lógica y la ética del consumo, lo devalúa todo por el efecto masivo, excepto la vida. Esta propiedad es parecida a la de un virus, no elimina la vida, porque de hacerlo no podrá reproducirse.
Al haber más pobres, se necesitan empleos, pero como el concepto de trabajo también se modificó en esta nueva era de consumo, son mal pagados, o sea, ya la ecuación económica no responde, trabajo significaba superación y escalar económica y socialmente, ahora ya no es así, ahora significa seguir siendo pobre y además sobre explotado, alcanzando nuevas y más atroces formas de esclavismo. Produce más y más para garantizar un consumo masivo y gana la mitad de lo que ganabas, ah y sin prestaciones, todo quieren.
Con una masiva “súper producción” de pobres, volvemos a ver, ¡en el siglo XXI!, el regreso del nómada. La migración se dispara, porque entre más pobres, más problemas que alcanzan su máxima expresión desatando guerras, los excesos autoritarios de los gobiernos de “sociedades en desarrollo” o “tercer mundistas” potencializan el fenómeno, y los éxodos por buscar sociedades en donde los migrantes (productos y servicios) puedan ser consumidos y puedan consumir se convierten en moda.
Otro problema, también las sociedades de consumo desarrolladas en el ir y venir de consumir, tienen muchos pobres y pocos ricos, cuando llegan más “vecinos”, o para ir ad hoc con la era, más productos y servicios (competencia al fin) se desata el “nuevo”, mejorado y tan mencionado RACISMO. Viendo el fenómeno desde la perspectiva económica, es un problema distributivo. El problema es que el problema no es económico, es paradigmático, porque lo distributivo evidencia que el modelo económico no es el adecuado y que no existe otro aún para solucionarlo.
Así las cosas el consumo ha llegado a la cúspide de su expansión y las condiciones sociales, políticas y económicas del mundo no lo soportan en su reproducción actual, prueba de ello el fenómeno del independentismo y el “nuevo racismo”, el consumo para asegurar su supervivencia y reproducción, se contrae, y rompe con las nuevas sociedades de consumo creadas, o sea las zonas de libre comercio que “rompieron” en su momento las fronteras. Con ello se presenta otro fenómeno, el del nuevo nacionalismo.
Y aquí es donde se pone interesante el asunto. El consumo lo determina todo, y en su fase actual trata de convertir todo a formas de consumo, a un estado total de consumo. En esta contracción y la transformación constante, permanente, los políticos y el Estado no escapan, se han convertido en políticos de consumo (la mayoría de los casos políticos consumistas), convirtiendo a la política en política de consumo, que a su vez trata de convertir al Estado tradicional (al Estado Nación) en un Estado de Consumo.
Lo que están reclamando las TODAS las sociedades de consumo habidas y por haber es una gama de PRODUCTOS y SERVICIOS que sean proporcionados por el Estado, estos son los mismos en todos lados, véase el pliego petitorio del partido español PODEMOS. Se exigen para que el consumo pueda seguir reproduciéndose. El principal, el más grande enemigo del consumo en todas y cada una de estas sociedades: LA CORRUPCIÓN. El segundo, EL CONSUMISMO.
La ruptura de estas zonas económicas mundiales, esta contracción lo que va conseguir es que se ajusten (ojo al parche) no el tamaño de las burocracias que la mayoría de los países son pequeñas como condición neoliberal, sino los REAJUSTES AL GASTO, y la GARANTÍA de que NO SE ROBEN EL DINERO. En el caso de México por ejemplo está cañón, porque la burocracia (una nueva clase social en términos marxistas) es brutal y todos tienen cola que les pisen. Todo esto para asegurar productos y servicios que garanticen la reproducción y mejoramiento de las formas de consumo.
Fundamentalmente uno de esos productos y servicios es la EDUCACIÓN, porque no hay consumo que se pueda reproducir sin un NIVEL EDUCATIVO que genere la erradicación casi absoluta de las FORMAS CONSUMISTAS, que no son otra cosa que el consumir irracional e indiscriminadamente y el primer gran enemigo del responsable consumo, característica de la era en que vivimos. Y el problema es grandísimo, porque la necedad de seguir sosteniendo el modelo económico neoliberal INCOMPATIBLE con la era de las sociedades de consumo, obstaculiza la generación de una real y mejor educación que por características del momento debe ser PÚBLICA.
La CONDICIÓN de la política de consumo y los políticos de consumo a nivel mundial no puede ser otra que otorgar productos y servicios que BENEFICIEN en primer lugar a los INDIVIDUOS, no ha grupos y corporaciones, porque solo así se garantiza la reproducción del consumo de forma masiva. PRINCIPAL Y FUNDAMENTALMENTE todos y cada uno de esos productos y servicios deben estar condicionados a las características de MEDIO AMBIENTE como beneficiario simultáneo y paralelo a los individuos. Hoy el negocio es salvar al mundo.
Estas son las razones por las que los británicos tomaron la decisión de irse de la Unión Europea, en realidad no es una salida, es una contracción que entre otras cosas ajustará su gasto y política interna, pero lo más importante, renegociarán sus tratados, o sea, el consumo en la contracción se reajustará para que se siga reproduciendo.
Fue una razón visceral, EMOTIVA, pero ojo al parche, no es irracional. Y este aspecto lo deje “de lado” para desarrollarlo de lleno en una columna completa, en la siguiente coincidencia, porque otro de los elementos fundamentales e indispensables para que el consumo se reproduzca y para que vivamos la era de las sociedades de consumo es la emoción como su condición para exacerbar las “necesidades”. Vivimos, quizá la más grande, era de hedonismo y de obsesión por el placer que se ha presentado en la historia de la humanidad.
Consumo, consumo y más consumo, el consumo lo determina y ha determinado todo.
¡Qué coincidencias! En su viaje a Canadá, Peña Nieto anuncia con bombo y platillo que ya no se nos va a pedir visa a los mexicanos para ir allá. Alto costoso el retiro del requisito en un momento de contracción mundial y cierre de fronteras, porque lo pagarán caro los ganaderos mexicanos, si es que aún existen.
Luego en esta “HISTÓRICA” visita a la nación de la hoja de maple, los alcanzó Obama, y la exhibición del populismo fue lo de menos, lo fundamental es que lo primero que hizo fue corregirle la plana al presidente mexicano, y así lo dijo Peña, el primer “acuerdo” al que llegaron: MEDIO AMBIENTE y se anuncia el compromiso para que toda la energía que se ocupe en México al 2025 sea limpia, sustentable, con lo cual le rompió todo lo rompible al Congreso Mexicano que anuncia con bombo y platillo que generaron una ley para que entre el 25 y el 35 % de la energía en México sea limpia en el mismo periodo, o sea, a volver a legislar, para variar. Por condiciones geográficas y medio ambientales en nuestro país se necesita mínimo que sea el 75%, o sea, ya vámonos por el 100%.
Pero también le rompe todo lo rompible a la estructural maravillosa y visionaria reforma energética, porque pues no contempló el aumento que impuso el moreno presidente gringo (fundamentalmente la devastación del planeta) y además evidencia que el negocio del petroleó, de su venta y privatización, llegó tarde, que ya no es negocio y no saben cuánta pena me da, voy a sufrir y llorar todas las noches… si ajá… Hoy el negocio, del mundo mundial, es salvar la vida.
