LO CLARO. Los profesionales del Trabajo Social llevan a cuestas una responsabilidad única, al ser factor de cohesión y promotores del desarrollo social en su comunidad.

Los principios de justicia, el vindicar los derechos humanos y su práctica, son valores que les son implícitos en el ejercicio de la carrera.

La Universidad Autónoma de Tamaulipas reconoce los talentos de quienes han contribuido en este segmento, donde la carrera lleva ya 63 años formando a los profesionales de las ciencias humanas.

LO OSCURO. Los derechos humanos se definirían como las condicionantes que permiten a cualquier persona su realización. Con garantías ante la ley de una vida digna; sin distinción de raza, color, sexo, religión, opinión política, posición económica inclusive.

Este ordenamiento jurídico de observancia universal, instaurado en todas las fuentes del derecho ha sido causa de guerras con la finalidad de alcanzar esos ideales.

A pesar de ser estandarte bélico desde las postrimerías de Europa de los años de los 1700’s (“libertad, igualdad, fraternidad”) no sería sino hasta 1993 en la Conferencia Mundial de Derechos Humanos celebrada en Viena, con la signatura de 171 países en una Declaratoria que ponía énfasis en la observación general bajo la proclama “Todos los derechos humanos son universales e indivisibles”.

Ya para entonces, la abolición de la esclavitud, el derecho a la vida, la protección contra la tortura, contra la discriminación, a la presunción de inocencia, a la libre circulación; a elegir el país para vivir, a la protección de la familia, se inscribían y se defendían dentro de los 30 derechos que reconoce la ONU.

Y fueron tan fuertes y duros los movimientos que apoyaban las causas a favor de los derechos, que cundieron por todo el sistema galáctico asociaciones y movimientos que reforzaban esas luchas.

A veces confundidos o manipulados por partidos o fuerzas opositoras a regímenes, que aprovechaban la raja política para defenestrar al enemigo con sus posturas anarquistas.

Así tomaron fuerza y vigor cada movimiento que respaldaba cada derecho humano.

Así también, llegó a confundirse los criterios a observar.

En los Estados Unidos, es ofensivo y por supuesto que nadie puede hacer uso de lenguaje ‘agresivo’, para llamar a alguien de piel negra… ‘Negro’. A excepción de ellos a sí mismos.

En México, el mote de indio nos es indistinto, salvo que un México-americano nos señale al visitar el país de los Estados Unidos de Norteamérica. EE.UU.

A nuestro Hugo Sánchez –el niño de oro-, el apodo de indio le resbalaba, gracias a su talento que aún no le ha sido igualado al menos en España.

La razón de este recuento, se refiere a la muy reciente toma de decisión por parte de un equipo deportivo de futbol americano NFL, que apegado a la observancia a los derechos humanos, tomó una determinación de rara explicación.

El equipo con sede en Washington, D.C., toma el nombre de ‘Pieles rojas’ desde 1937 y por 83 años, tres títulos de liga y un costo de 3 mil 400 millones de dólares como franquicia de la NFL, toma la decisión de retirar su mote debido a presiones que suponen es atentar contra la etnia nativa de aquel país.

A partir de los lamentables hechos donde perdiera la vida George Floyd. Afroamericano.

Hoy se llaman “Washington Footbal Team” (Equipo de Futbol de Washington)

¿Quién carajos tuvo el tiempo y la ocurrencia de dilucidar que era ofensivo, si tal emblema les hace ser representativos de sus seguidores?

Lo preocupante.

Las modas migran y se adoptan. Toda marcha por derechos humanos que tiene origen en EE.UU. o cualquier parte del mundo, culmina por ser adoptada en Paseo de la Reforma. Para empezar.

¿Cuál será el destino de los Panzas Verdes, Chivas, Zorros, Diablos Rojos, Murciélagos, Chapulineros, Tecolotes, Pericos… que juegan deporte en nuestro México querido?

¡Vaya Modas! ¡Vaya Derechos!

COLOFÓN: Sólo en la CDMX hay tremendos agarres entre ‘los Chuchos’ (de Jesús Ortega y de Mancera). Se toman del pelo contra los Monrreales, Bejaranos y otras tribus. ¿Piel amari-marrón? Si lo permiten los derechos humanos, hasta partido pueden llegar a ser.

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@deandaalejandro