A un año de cumplirse el ejercicio de la administración de Carlos Joaquín González es momento que el mandatario revise y evalúe las actuaciones y el desempeño de sus subordinados.

 Es un hecho que el gobernador de Quintana Roo sabe el por qué y con qué métodos o virtudes incluyó a la gente en su gabinete, sin embargo al inicio todo es actitud, positivismo y entrega y al paso del tiempo las verdades se muestran, es decir si se vendieron como competentes y resultaron un fiasco o quién tenía pocas expectativas dio resultados prometedores.

 Es tiempo de hacer conciencia administrativa y política de quiénes cumplieron con las funciones y responsabilidades que les delegó el Ejecutivo. Esta revisión es directa para los responsables en los desaciertos de este primer año.

 No es capricho de los medios de comunicación, es una exigencia ciudadana con quienes existe el costoso compromiso de rendir cuentas no solo de los hechos o lo que está en proceso, también del desarrollo de los funcionarios de gobierno.

 Es una lista nutrida, desde secretarios de gabinete, titulares de organismos desconcentrados, coordinadores y directivos que han cometido graves equivocaciones, que en 12 meses se han ganado la antipatía y desprecio de sus subordinados y los ciudadanos únicamente saben de ellos por el escándalo, mas no por trabajo.

 Se sabe que el gobernador Carlos Joaquín es un mandatario que concilia, privilegia el diálogo, escucha y brinda oportunidades, pero estas virtudes nunca estarán sujetas al capricho y el chantaje de quienes sientan que el “proyecto ganador” es de ellos y quieran cobrar una factura con impuestos de seis años.

 El compromiso ciudadano de Carlos Joaquín González está en otra dimensión donde los lloriqueos se arriman a oídos sordos pero si goza de vista saludable para haber observado los negativos resultados que se han dado en algunas dependencias y la necesidad de hacer cambios profundos y así lograr el objetivo de un nuevo sistema de gobierno y de trabajo.

Carlos Joaquín González ya cumplió con los compromisos políticos y el pago de ellos ya culminó, es momento de gobernar con su gente, y en caso de ser escasa formar nuevos cuadros, una familia política y administrativa sin vicios, ni revanchas, que no les rebase el hambre del poder por encima de la ambición del servicio público.

 Un mandato como este, que ha ofrecido cambios, no puede seguir secuestrado por la ignorancia, el escaso lenguaje inclusivo y peor aún que pulule en algunos personajes  el concepto de gobierno se ejerce mediante el ejercicio del autoritarismo.

 Reliquias del pasado que sobreviven por el puro recuerdo de lo que algún día fueron y quieren nuevamente ser pero con mentalidad dispersa de la época de oro de Quintana Roo, reliquias que están de pie por inercia que no valen nada pero cuestan mucho en recursos y en conflictos ocasionados.

 Funcionarios que muy bien ubicados están, que viven atados a añejas formas de gobernar  y emprenden el paso con lo que tanto han criticado, la mordaza y la represión.

 La gente espera mucho de Carlos Joaquín, de su mano firme y sus decisiones contundentes para limpiar la casa y sin duda no permitirá le dejen cicatrices a su mandato.

EN EL OJO DEL HURACÁN

 En temas partidistas, ya vimos que en algunos municipios el Partido Revolucionario Institucional está llegando a acuerdos con ímpetu y empuje para sostener a sus estructuras y contender fortalecidos a nivel municipal en las próximas elecciones de 2018.

Recientemente mencionamos a Cozumel, donde el tricolor no perderá la oportunidad de recuperar la Isla y volver nuevamente a tomar el palacio. En Tulum el objetivo es permanecer como un municipio priísta dando resultados desde el gobierno y con una dirigencia sólida como la que encabeza Nicasio Canché Catzín.

 El tricolor tiene un líder en Tulum que no pierde el paso y apuesta a una estructura sólida para hacerle frente a los comicios que se avecinan, sumando elementos y posiciones que tanta falta le hacen a este instituto político.

LO QUE LAS COPETUDAS CUENTAN

 Y ya que andamos en temas partidistas, varias copetudas están esperando el momento de alzar la mano y decir “si yo quiero, yo participo” nuevos cuadros están por lanzarse a la vida política y el hacer proselitismo en busca del servicio público.

 Así también otras copetudas con varias horas de vuelo pero que han hecho pausa en su carrera política ya sea por dedicarse a la familia o respetar imposiciones, no dejarán que nuevamente les metan el pie para ser suplentes y brincarán por ser las ungidas como candidatas, ya muy activas se les ve en redes sociales.

Pronto iremos conociendo algunos de estos nombres, aunque no es desconocido las participaciones entusiastas y la preferencia de los seguidores. COMO DIJERA LA TIA JOVITA: "El futuro no se desea, se merece"