Registra nuestra historia que el cura don Miguel Hidalgo y Costilla, Padre de la Patria,  dijo al inicio de la Guerra de Independencia en 1810, después del Grito de Dolores: le hemos puesto el cascabel al gato.

Para 2018.  Yo le pongo el cascabel al gato  a Andrés Manuel López Obrador,  habría dicho  el ratón José Antonio Meade Kuribreña. Y se lo puso, pues AMLO trae un relajo, con eso de decirle, señoritingo, pelele, títere, y demás lindezas a Meade, adjetivos calificativos audibles a siete veces siete leguas  a la redonda. 

Ahora bien y según la Wikipedia, la primera referencia que existe es la que señala al fabulista griego del siglo VI a.C. Esopo, pues es a quien se le atribuye la fábula ‘El gato y los ratones’(en algunos lugares se encuentra bajo el título ‘Los ratones y el gato’) y que a  la letra dice:

Una gran familia de ratones vivía en una gran mansión. ( PRI).

La vida fue siempre buena con ellos ya que siempre había comida en abundancia, sobre todo en la cocina. ( México).

Pero un día, el dueño de la casa trajo un gato. ( AMLO)

Desde entonces la vida de los ratones fue miserable. (Clase Política).

El gato merodeaba día y noche. (Oposición).

Los ratones no osaban salir de sus madrigueras porque el gato estaba siempre al acecho. (AMLO criticando a la mafia en el poder).

Con el paso de los días los ratones estaban más y más débiles porque no se aventuraban a salir de sus madrigueras para buscar comida. (El respetable público los rechazaba  ).

Finalmente, un viejo ratón dijo: “No podemos continuar así o moriremos de hambre y de sed muy pronto. Tenemos que encontrar un modo de ocuparnos del gato”. (Miguel Ángel Osorio Chong ).

“Efectivamente, tenemos que idear un plan” dijo otro ratón. “Reunámonos todos los ratones esta noche y veamos si podemos pensar en algo”. ( EPN).

Enseguida anocheció. Todos los ratones se habían juntado en el lugar acostumbrado de reunión en la casa. ( Los Pinos).

El ratón más anciano se aclaró la voz y dijo: “Estoy seguro de que ninguno de nosotros ha sido feliz últimamente debido a nuestro común enemigo, el gato”. (José Narro Robles ).

Todos los ratones asintieron con la cabeza. ( Osorio, Nuño, Meade, De La Madrid, Narro) . El anciano ratón continuó: “Tenemos que actuar juntos y pensar en un plan para deshacernos del gato sino un día vamos a acabar siendo su comida”. .

Uno de los ratones sugirió matar al gato y a todos los demás le pareció una buena idea. ( Un magnicidio como el de 1994, No).

De modo que los ratones empezaron a idear la mejor manera para matar al gato. Pero tan pronto como uno proponía un plan los demás lo rechazaban porque era inviable. (Se despistaron).

Por fin, un joven ratón dijo: “Es posible que no podamos matar al gato pero quizás podamos pensar en algo para saber su paradero. De esa forma, cuando sepamos que viene tendremos tiempo para salir corriendo”. ( Aurelio Nuño)

Los otros ratones aplaudieron la propuesta. El joven ratón continuó: “Tengo un plan. Es realmente simple. Todo lo que tenemos que hacer es colgar un cascabel alrededor del cuello del gato. Por donde vaya sonará. ( José Antonio Meade ).

Si el cascabel es grande podremos incluso escuchar cuando el gato está viniendo antes de que esté demasiado cerca”.

Todos los ratones saltaron de alborozo y aplaudieron la idea. De repente, un ratón sabio dijo: “Esa es una idea brillante. Ahora.

¿Quién pondrá el cascabel al gato?”.

Yo mismo dijo José Antonio Meade Kuribreña. Y lo hizo.