Después de que un bien plantado presidente del IFETEL, Gabriel Contreras, dijo sin aspavientos y con toda la seguridad de quien sabe que está actuando de manera correcta y apegado al derecho, que Televisa y Telmex habían sido declarados “agentes predominantes” por la mencionada institución, seguramente muchos se preguntaron ¿Cuál y cuándo será la venganza de Carlos Slim y Emilio Azcárraga Jean contra Enrique Peña Nieto?

La decisión del IFETEL sin duda que afectó los intereses económicos de los consorcios monopólicos Televisa y Telmex.

Y lo que viene según se intuye de lo anunciado por Gabriel Contreras, será más duro de asumir por esos dos personajes, Slim y Azcárraga, que estaban acostumbrados a la protección absoluta del sistema en cada uno de sus truculentos negocios y a condicionar a los presidentes de México mediante formas de presión que los llevó a ser considerados como “poderes fácticos”.

Pero hoy nadie puede negar que la relación de Slim y Azcárraga con el poder haya cambiado radicalmente.

Lo más probable es que el presidente Enrique Peña Nieto tenga un amplio expediente de la manera en que tanto Slim como Azcárraga tenían con él un doble juego desde antes de que fuera gobernador del Estado de México.

La historia.

Cuando Televisa olfateó que tras los sabotajes de Roberto Madrazo a Francisco Labastida favorecían a Vicente Fox en su campaña para llegar a la presidencia de la república, de inmediato Emilio Azcárraga Jean sacó de su desván a Justino Compeán Palacios para que rescatara su vieja amistad con el entonces gobernador de Guanajuato.

Compeán Palacios fue uno de los más activos promotores de Los Amigos de Fox, organización meta panista que captó millones de pesos de connotados empresarios mexicanos que, al igual que Azcárraga, veía cerca el final del PRI en la presidencia de la república.

Televisa compró completo el boleto de Vicente Fox y el PAN.

Incluso los colores institucionales de la televisora cambiaron y fueron del mismo azul y naranja que en ese tiempo tenía el PAN en su identificación gráfica.

Después el agravio de Televisa contra el grupo del Estado de México que apoyaba a Arturo Montiel Rojas para que fuera candidato presidencial al haber sido electo por los integrantes del llamado TUCOM (Arturo Montiel, Manuel Ángel Núñez Soto, Enrique Jackson, Enrique Martínez y Martínez y Tomás Yarringtón Ruvalcaba) como el prospecto más competitivo se repitió nuevamente.

En el noticiero de Joaquín López Dóriga dieron un amplio espacio a Roberto Madrazo para que hablara de los hijos del ex gobernador mexiquense y dijera socarronamente, “El principal enemigo de Montiel es Montiel”, frasecita que festinó López Dóriga como parte del guion elaborado por Televisa para difamarlo.

Madrazo Pintado, como presidente del PRI, había fracasado en su intento por imponer como sucesor de Montiel Rojas a su cuñado Carlos Hank Rhon. Los ataques contra Enrique Peña Nieto que se dieron en aquella época, fueron maquinados por Roberto Madrazo y para ello contó con la complicidad de muchos agentes de Televisa.

Así pues, históricamente Peña Nieto llegó a gobernador del Estado de México primero y a presidente de México después, a pesar de los sabotajes de Roberto Madrazo y del contubernio económico-político que Televisa tenía con el tramposo político tabasqueño.

Carlos Slim Helú es un caso especial de connivencia con el poder.

Prácticamente le regalaron Telmex en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari. Y después le permitieron acumular mediante un consentimiento y una protección de los siguientes presidentes, (Zedillo, Fox y Calderón) una fortuna que ahora lo ubica como el segundo hombre más rico del mundo.

Durante poco más de 20 años Carlos Slim ha sido intocable. Ni fiscal, ni mediática y menos judicialmente ha sido tocado el personaje que se presume evade impuestos, falta a las disposiciones oficiales en relación a las prácticas monopólicas indebidas, y hasta penadas, realiza operaciones financieras dignas de los más calificados especialistas de la ingeniería financiera que se utiliza para lavar dinero.

Crear empresas fantasmas para encubrir sus prácticas monopólicas es lo que hace Slim burlándose del gobierno.

En su lance por entrar al mundo de la televisión abierta y con ello del negocio del fútbol, Slim y sus personeros aseguran que, por citar un caso, ellos no tienen la intención de influir en la empresa de TV de paga Dish.

Y presentamos una nota de un portal especializado en telecomunicaciones cuya información hoy retoman muchos medios, misma que no deja lugar a dudas de cómo le juega Slim al gobierno:

“El grupo de Emilio Azcárraga está preocupado porque en menos de dos años Dish, que es una sociedad donde MVS, de Joaquín Vargas, posee 60% y EchoStar, de Charles Ergen, 40%, ya igualó el número de suscriptores de Sky.

Dish, que dirige José Luis Woodhouse, está llegando a los 2.1 millones, contra Sky, que comanda Alex Penna, y que posee 2.8 millones de abonados, aunque si se suman los de Centroamérica y Dominicana llega a 3.1 millones.

En Chapultepec 18 están convencidos de que un avance de ese tamaño nunca se hubiera obtenido sin el respaldo de Telmex, que desde el surgimiento de Dish negó cualquier relación accionaria y la limitó a lo estrictamente comercial.

La empresa que capitanea Héctor Slim Seade siempre argumentó que la interacción con Dish se circunscribía a lo comercial: a absorber una comisión por la cobranza y a aportar sus puntos de venta para comercializar el servicio.

Sin embargo, existen indicios de que Telmex fondea a Dish de México la compra de los receptores a EchoStar a través de un vehículo denominado Teninver, en la que aquélla posee 60% y MVS y EchoStar el restante 40%.

Teninver compra en efectivo a EchoStar los equipos y una parte se inyectan a Dish. Los recursos son para la operación de la empresa. Si multiplica 2.1 millones de clientes por un promedio de 80 dólares, se obtiene un estimado del capital de trabajo.

Al cierre de diciembre se calculaba que Dish de México tenía un flujo de efectivo de 500 millones de pesos. Teninver en teoría le renta los equipos a Dish, incluso se hace la provisión contable, pero en la práctica no se pagan.

Por la tercerización de la cobranza Dish paga a Telecomm, OXXO, de Eduardo Padilla,o Comercial Mexicana, de Carlos González Zabalegui, entre cuatro y cinco pesos por cliente que gestiona, contra 13 pesos de Telmex.

Asimismo, de lo que Telmex factura automáticamente a través del recibo de su servicio telefónico, 25% se lo queda la empresa que preside Carlos Slim Domit y sólo se le reembolsa a Dish 75% restante.

Desde marzo del año pasado los de Carlos Slim Helú empezaron a ejercer un control más férreo. Telmex pidió a Dish los archivos “en plano” de las bases de datos de clientes para “leerlos” como mejor les convenga en sus propios sistemas.

También arrancaron con su fuerza propia la venta “puerta por puerta” del servicio, más allá del telemarketing que Dish tiene contratado con firmas externas como Win-Win y Special Outsourcing.

En una decisión unilateral, Telmex quiso eliminar de la base de datos de MVS y EchoStar a los suscriptores que no tuvieran línea telefónica, pero se echó para atrás porque hubiera implicado perder de golpe unos 300 mil clientes.

La mayor parte de los consejos de Dish de México ya se realizan en las oficinas de Telmex. El propio Woodhouse y el director de Administración y Finanzas, Carlos Cárdenas, reportan a Slim vía Cristóbal Trujan.

Ahora mismo se capacita a algunos trabajadores de Telmex en la instalación de equipos y sistemas de Dish, entre otras muchas actividades que el de Carso empieza a realinear de cara a lo que eventualmente será su ingreso a la televisión.

Parece que esto que se lee lo escribimos ayer, en el contexto de la petición que hace unas horas hicieron Televisa y TV Azteca al Instituto Federal de Telecomunicaciones, de Gabriel Contreras, para que investigue la sociedad entre Dish y Telmex. Pero no.

¿Sabe cuándo lo publicamos en este mismo espacio? Fue el 9 de febrero de 2011. Repetimos hoy el encabezado original de ese día.”

Sin comentarios.

Los agravios de Slim y Azcárraga contra Peña Nieto no son nuevos.

Y el presidente en la decisión del IFETEL del pasado viernes, solamente actuó conforme a derecho respetando la autonomía de esa institución.

Peña Nieto ya en el poder, no tiene por qué tener agravios contra nadie.