El político de moda se llama Aurelio Nuño. Hace apenas dos meses nadie lo conocía, y hoy es el preferido del círculo rojo. Es precisamente en este sector donde ha sabido moverse muy bien. De modo que su pronta fama se la debe a los medios de comunicación.

Ha sabido aprovecharse de las relaciones del poder con la prensa, y su personalidad juvenil y directa ha contribuido a que su retrato conecte y se reproduzca.

Aún no podemos saber el impacto que vaya a tener en la audiencia, pero les adelanto algo: el público es proclive a la novedad. Enrique Peña Nieto levantó su candidatura de la nada, paseando su fotografía en los camiones, repitiéndose cuantas veces fue necesario en la televisión. Las repeticiones lo convirtieron en un hombre exitoso.

 Televisa lo impulsó y de sus capacidades intelectuales o ejecutivas ni nos enteramos. Fue una operación limpia, capaz de posicionar a quien tuviera una buena imagen. Y nada más.

De modo que la película de Aurelio Nuño apenas comienza, y podemos esperar cosas muy interesantes, producto de las mejores producciones.

Está bien, la política tiene un gran porcentaje de percepción. El hombre de carne y hueso jamás lo llegaremos a conocer. Los políticos son hombres con sentimientos muy bien escondidos.

Así, Nuño puede empezar a confiar en que su camino lo está andando bien. Si Peña Nieto lo hizo, él con más razón. ¿Por qué?

Porque Nuño tiene algo de lo que Peña carece: arrojo ante los medios de comunicación. A Nuño no lo va a frenar el círculo rojo, sino le va a servir de trampolín. Nuño ha demostrado que se crece ante el debate.

 Nuño no necesita escenarios prefabricados, pues, al parecer, tiene capacidades diversas: preparación académica, facilidad de argumentación y habilidades para improvisar.

Recordemos que uno de sus primeros actos al frente de la SEP fue una entrevista-debate en el programa La Hora de Opinar, de Leo Zuckermann, que para mí es el mejor espacio de análisis de la televisión mexicana. Ahí no tienen pelos en la boca. Por cierto, qué ameno es Jorge G. Castañeda.

Ahí, Nuño demostró que puede comunicar con eficacia y versatilidad. Le rebatió con enjundia al difícil Javier Tello. Después tomó las propias escuelas para dictar un guión que va de las fotos con los niños abanderados hasta los disfraces de halloween. También mostró una energía inédita para apaciguar a las grillas del magisterio. Levantó la guardia y aún no la ha bajado, pues sabe que si logra contener a los maestros se ubicará como puntero de la candidatura presidencial.

Con un manotazo ha callado a los maestros. ¿Cómo? Diciéndoles que los faltistas verán reducidos sus cheques. ¡Y háganle como quieran!

 Así, estamos ante el binomio poder-prensa recargado. Porque Nuño demostrará muy pronto que de Peña Nieto sólo tendrá el modelo, pero nunca el fondo. El secretario de la SEP sí puede convencer mediante un discurso novedoso, creado para posicionarse a como dé lugar.

Está arrancando a partir del segundo tiempo de este sexenio. Cuando algunos prospectos se han venido desgastando de manera natural, avientan a Nuño para que sacuda, así sea un poco, las críticas al gobierno federal. Le dijeron calienta, le dijeron prepárate porque en cualquier momento vas a entrar al partido, lo estuvieron aguantando hasta que llegó el día en que AMLO les estaba poniendo una paliza. Así que le recetaron un buen masaje y lo mandaron a la SEP.

Desde el primer mes destacó su labor. ¿Cuál labor si apenas llevaba un mes? Pues la labor de percepción. Se instaló en la silla con gran firmeza. Hizo sentir su presencia.

Debo decir que el primero en descubrir las habilidades del señor Nuño fue un gran periodista: Ciro Gómez Leyva.

 Ciro desde ese primer mes lo colocó como un buen arranque mediático. Y en el segundo mes ha repetido el señor Nuño en el primer lugar del ranking del señor Ciro.

  El del señor Nuño es un verdadero destape. Porque hace dos meses estaba a la sombra del presidente Peña Nieto. Y hoy se ha convertido en uno de sus principales alfiles.

¿A quién debe convencer el señor Nuño para convertirse en candidato presidencial?

Desde luego, a la opinión pública. Y eso lo sabe el señor Nuño. Porque antes de ser candidato, debe demostrarle a su partido que puede competir con AMLO. El candidato priista será el que pueda disputarle a AMLO la primera posición. Y eso lo logrará si puede conectar con la opinión pública, mediante el atributo de ?un país con mejor educación?. Si es capaz de posicionar esa frase, y después es capaz de demostrar con hechos que este país ha dado pasos firmes en materia de educación, podrá aspirar a convertirse en el elegido.

El PRI necesita un hombre con arrojo. Sí, el PRI necesita un superhéroe para revivir.

Póngase la capa, señor Nuño, que tiene que empezar a volar.

 El PRI, a estas alturas, no puede darse el lujo de destapar a un candidato mediano. Debe sorprender al electorado con un personaje novedoso y eficaz. Estos dos atributos los tiene Nuño, porque no ha sido tocado por escándalos que le otorguen puntos a AMLO.

Andrés Manuel hoy es invencible con la frase de ?un gobierno de corruptos?. Recordemos que la corrupción nunca había tocado, directamente, a un Presidente de la República.

Así que la oportunidad del PRI está en un personaje novedoso, eficaz y con buen discurso. Que bien puede ser Aurelio Nuño, el secretario que ha visto en los medios de comunicación sus mejores aliados.

En este Casino en el que me inspiro, sabemos los políticos apostadores que la moda del señor Nuño puede, también, quedar en eso: una moda pasajera.

Que no se le olvide al señor Nuño que lo persiguen grandes tiburones como Videgaray, Beltrones y Chong.

Sígale por ahí señor Nuño, sígale conquistando percepciones. Los medios ya han registrado su rostro y su cabellera ondulada. No cambie de look, mejor agréguele palabras bonitas, que son los versos de la política los que hablaran por usted.

Usted es la novedad, y debe inyectarle a esa novedad pequeñas dosis diarias de más novedad. En tanto, Videgaray seguirá más ocupado gobernando este país y quitándose los señalamientos de encima. Videgaray es el hombre más fuerte de este gobierno. Ni duda cabe.

Videgaray es el que manda.

Por su parte, Osorio Chong comenzaba a recorrer el camino mediático de Nuño cuando lo sorprendió la tragedia de Iguala. Cómo olvidar aquel día memorable en el que se mojó en el templete callejero mientras les hablaba a los estudiantes politécnicos. Pero después de ese acto las cosas se vinieron abajo, y no ha podido enderezar el camino.

Y Beltrones estará sujeto a los resultados electorales, y a su habilidad política.

Hoy el presidente Peña Nieto puede presumir de que le ha dado la oportunidad a un joven político, y éste la ha sabido aprovechar.

Siga abrazando a los niños para la foto, señor Nuño. Y siga riéndose de los que hablaban de usted como un hombre-sombra.