En Febrero del 2014 el Gobierno Federal lograba dar un histórico golpe al crimen organizado, esta vez nadie podía cuestionar la importancia del acontecimiento y los aplausos vinieron de manera generalizada? años después de su fuga, por fin, ?El Chapo? Guzmán había sido recapturado, regresaría a una prisión de la misma manera que el oxígeno a la residencia oficial de Los Pinos, iniciaba el repunte o al menos así parecía. No es un secreto que las cosas no han salido nada bien para el presidente Peña después de la captura del Capo más buscado por el FBI; las reformas estructurales no han causado el impacto deseado, los escándalos de corrupción, conflictos de interés, Ayotzinapa, Tlatlaya, Dólar en $16, Evaluación Docente y demás puntadas involuntarias, han empañado su administración y lo han dejado en estado de indefensión ante las fuertes críticas a su gestión.
Sin embargo el show tenía que continuar y es así como el Presidente y su comitiva de 143 personas abordaron el avión presidencial que los llevaría a París para consumar una histórica visita oficial a Francia; quizá durante las horas de vuelo nuestro Presidente, en algún momento se preguntó ¿Qué podría ser peor?... y la respuesta no tardó mucho en llegar, la fuga de ?El Chapo? era oficial. El mayor logro de la administración se acaba de ir por la borda; o mejor dicho, por el túnel. Una pregunta comenzó a resonar en la cabeza de los mexicanos ¿Su escape fue un acuerdo con Gobierno Federal? Aunque me resulta muy difícil de creer, tampoco puedo descartarlo, y para serles sincero, un escalofrío recorre mi cuerpo al tan solo imaginar que podría ser tan grave para asumir el coste político de semejante acontecimiento y distraer la atención de México y el mundo; acordado o no, el escape ha sido posible gracias a la CORRUPCIÓN; carecemos de respeto, lealtad y compromiso con las instituciones, de compromiso con México.
Es irónico que en la era con más acceso a la información, vivamos la crisis de falta transparencia más grande de nuestra historia; hechos como este, en palabras del presidente ?imperdonables? nos están hundiendo, son cada vez más frecuentes demostrando la incapacidad de los hombres cercanos al ejecutivo, no para resolver problemas, sino para prevenirlos. Con el Presidente recibiendo condecoraciones en Francia, la solución al problema tendrá que venir del interior de las oficinas ubicadas en Abraham González 48, y de no ser así, al menos del lugar tendría que salir una renuncia. Las cosas no marchan bien; y puede verse desde Almoloya, hasta París