Ha existido en la mayoría de los países, desde que existió la concepción del Estado nación, un gran interés por mantener una buena imagen hacia el exterior del territorio propio, de ser percibidos de buena manera por países vecinos, amigos o enemigos. Es claro que esta es una cuestión necesaria, inclusive debería ser preocupante que un gobierno no se preocupara por mantener una buena imagen hacia el exterior, sea por motivos de vanidad, hegemonía, economía, militares o geopolíticos.

La imagen que México proyecta hacia el exterior es muy variada y pasa desde el indígena con sombrero sentado en un cactus -recuerden el episodio aquel de la serie británica Top Gear-, el charro, el tequila o las tortillas, la selección de futbol y el Chicharito; hasta llegar a cuestiones culturales como las pinturas de Frida Kahlo o Diego Rivera, los grandes artistas del cine de oro nacional y las telenovelas también son algunas de las muchas cosas que representan a México.

De acuerdo con estudios de percepción realizados a lo largo de los años, los extranjeros han relacionado a México con diversos temas, en la década de los 90, las 7 cosas con las que relacionaban al país eran: las pirámides, los aztecas, el sombrero, el tequila, Frida Kahlo, las playas y la corrupción. Para la época actual, de acuerdo a estudios realizados por el Consejo Mexicano de Comercio Exterior, los temas con los que más se relaciona a México son: la corrupción, violencia, inseguridad, playas bonitas y soleadas, calidez de la gente, pobreza e injusticia. Según datos de este mismo estudio, de 50 naciones analizadas, México ocupaba el lugar 31 en imagen internacional.

La percepción e imagen que se tenga de un país no puede ser determinada solamente por variables coyunturales, debe también de tomarse en cuenta la forma de gobierno, el gobernante, las condiciones de vida de los ciudadanos, la cuestión histórica y cultural, sólo por mencionar algunas variables.

Hoy, el actual gobierno se empeña en mejorar la imagen de México hacia el exterior para así atraer capital de inversionistas extranjeros que sirva como detonante de mayores y mejores empleos, crecimiento de la economía y demás indicadores macro; por otro lado, el fortalecimiento de la imagen va enfocado en atraer al turismo a la innumerable cantidad de destinos que posee nuestra bella nación.

Sin embargo, y a pesar de los muchos beneficios que puede acarrear mejorar la imagen de México para los no mexicanos, debe también invertirse mucho en mejorar la imagen que tiene México para los mexicanos; en mejorar la imagen que el Presidente y los gobernantes tienen para los que día a día trabajan, comen, consumen, invierten y (sobre)viven en el país.

Si bien, el recién otorgado premio al presidente Peña en Nueva York es aplaudible, la incongruencia es visible cuando él habla sobre la defensa de los Derechos Humanos y sobre cómo se ha avanzado en este ámbito y al mismo tiempo, en Oaxaca, un grupo de personas protesta por la detención injustificada de compañeros, o en Puebla un niño muere a causa de balas de goma hace poco más de un mes.

La mejora de la imagen del país hacia el exterior no representa lo que el grueso de la población mexicana demuestra. En ningún momento se menosprecia o demerita el ardua labor que los embajadores, cónsules y todo el sector diplomático realiza por enaltecer a México, lo preocupante es que, por momentos, la prioridad sea salir en todas las revistas y en todas las portadas de afuera, mientras que las portadas y las revistas de aquí ponen en tela de juicio lo versado en aquellas otras.

Finalmente, para ser hay que parecer; y si no quieren que utilicen el refrán que asevera que el ?candil de la calle es oscuridad en la casa?, es necesario que enfoquen el mismo esfuerzo en mejorar la percepción que los ciudadanos mexicanos, los que votan y definen quién será el siguiente presidente; tienen de este país, de este gobierno y de su titular.

 

José Martínez Galaviz es egresado de la Licenciatura en Economía con especialidad en Economía del Sector Público de la Facultad de Economía de la UNAM, diplomado en ?Marketing Político? del ITAM. Ha participado en más de 5 campañas políticas como coordinador de promoción del voto, activismo digital y político. Es miembro de diversas

agrupaciones políticas, coordinador del círculo de estudio ?Eduard Berstein? y analista

político en diversos medios. Actualmente es Socio Director @AtelierPolítico.