Los jóvenes en este periodo de nuestra historia han sido pieza clave en grandes movimientos sociales. Desde la revueltas en tierras árabes hasta México, pasando por Chile, otros países latinoamericanos y Estados Unidos. En nuestro país han tomado gran fuerza. Ya hay quienes los descalifican, y quienes se unen en muchos países apasionadamente a un movimiento tan potente, uno que no se veía desde 1968.

Periodistas, políticos, ciudadanos, muy diversos los descalifican, los signan de acarreados, de ternuritas, de ovejas al servicio de movimientos partidistas como el Progresista, de ACTEAL, del SME, Atenco y quienes se vayan sumando. También existimos quienes los apoyamos y creemos que sí se puede hacer un cambio radical con ayuda de otros sectores de la sociedad. Que no importa quien se una, siempre y cuando se llegue a un objetivo positivo para los mexicanos.

Los que están en contra critican muchos aspectos, como las protestas y tomas de diversos edificios, principalmente el de Televisa, las marchas que ahorcan el tráfico de nuestra ciudad, algunos apuntan al vandalismo y faltas de respeto. Ciertamente creo, que como en todo conglomerado social, existirá el sujeto que sólo busca una distracción, una forma de salir de su ámbito aburrido y repetitivo; pero quien sí asista a reuniones por mera preocupación, la ideología será siempre la misma: luchar por un país justo, equitativo, democrático, productivo, evolucionado. Eso es lo que importa, mientras haya mayoría objetiva. Un movimiento inteligente, con personas preparadas, productivas, y sobre todo hartas de un gobierno que amenaza con regresar con las mismas acciones desleales y pérfidas que lo caracterizaron durante más de setenta años. ¿Quién se podría considerar del movimiento Yo soy 132? Creo que cualquier persona que concuerde con su ideología. O ¿acaso soy gay, por el hecho de creer en sus reclamos, de apoyar sus manifestaciones o defender sus derechos?

No me considero partidista, ni seguidor de un político. Mis razones obedecen a lo que, creo yo, como el mejor desempeño respecto a sus homólogos. En las pasadas elecciones vote por un candidato y partido diferente al de estas elecciones, y si viera un cambio real en algún candidato priista, votaría por él, porque no me alimento de rencores, sino de conclusiones y hechos.

 Ojalá todos los ciudadanos encontráramos un estandarte que cumpliera con nuestras expectativas, para poder reunirnos y trabajar por un bien común. Lo que se necesita es una verdadera unión.

Las redes sociales han sido parte imprescindible de estos movimientos, permitiéndonos informar, comunicar y expresar cualquier cosa, no importa si es un texto insignificante, o un hecho desgarrador como una inmolación grabada, o un reclamo apabullante en alguna escuela del país, cualquier pizca de calor puede encender el motor de una sociedad adormilada.