El fisicoculturista Yuri Tolochko, quien se casó con una muñeca inflable en diciembre del 2020, ha anunciado que está enamorado de un cenicero.

La historia de Yuri Tolochko comenzó en 2019 cuando le propuso matrimonio a Margo, su muñeca inflable a quien conoció en un bar.

Ahora, ha anunciado que está enamorado de un cenicero al cual conoció en un bar y, tras hacerse una sesión de fotos, sintió ese flechazo entre ambos.

¿Quién es Yuri Tolochko, el hombre que se casó con una muñeca inflable?

Luego de estar saliendo con su muñeca inflable llamada Margo, Yuri Tolochko le propuso matrimonio.

Y aunque la boda se canceló por el coronavirus, el gran día de la boda entre el fisicoculturista y la muñeca Margo llegó en noviembre del 2020.

No obstante, al padecer Margo un accidente y necesitar de reparaciones, aparentemente el fisicoculturista Yuri Tolochko le fue infiel con otra muñeca

En mayo pasado el fisicoculturista ruso anunció su divorcio para tener otras dos muñecas inflables: Luna y Lola.

¿Cómo conoció Yuri Tolochko al cenicero?

Según ha relatado Yuri Tolochko en sus redes y en diversas entrevistas, tras su decepción amorosa con Margo, Lola y Luna, asegura haber conocido el amor en un cenicero.

El fisiculturista de 36 años y quien se ha declarado como pansexual, ahora ha declarado que mantiene una relación sentimental con un cenicero de metal.

“Me gusta el olor, la sensación del metal en mi piel. Es fantástico. Me gusta que toque mi piel, me excita, creo que puedes entender lo que me atrae de este cenicero”

Yuri Tolochko

De hecho, en su cuenta de Instagram ha sido donde relató su primer encuentro con este cenicero en un bar y, tras una sesión de fotos comenzó a sentirse atraído.

Yuri Tolochko y un cencicero

Yuri Tolochko aseguró que le atrae la historia del cenicero

Yuri Tolochko aseguró que solo quería verlo y tocarlo de nuevo pues ama su esencia y que tiene una historia, pues ha servido a muchas otras personas.

Es por eso que Yuri Tolochko ha hecho arreglos con los dueños del cenicero en el bar para que se lo presten en algunas ocasiones durante la noche.

Además, aseguró que no desea quedarse con el cenicero, sino que le agrada que siga en el club nocturno.

“No quiero comprar un nuevo cenicero o que me lo regalen para siempre. Quiero seguir trabajando, ayudando a la gente. Amo esta historia”

Yuri Tolochko

Con información de The New York Post y Radio Fórmula.