Nueva York.- Jessie Engelman y su prometida desean casarse este año y firmar la ketubah, que es el tradicional contrato matrimonial de los judíos, pero ninguno es judío ni evangélico que quisiera honrar los vínculos bíblicos con la fe.

Cada vez más parejas no judías han adoptado el ritual del matrimonio judío en la última década. Algunos pisan un vaso o una bombilla eléctrica como popular sustituto. Otros declaran las promesas bajo un dosel, llamado chuppah.

Pero es la ketubah, o un reemplazo menos judío llamado "Declaración de nuestro amor", la que a menudo atrapa el interés de las parejas sin relaciones familiares o culturales con el judaísmo.

La demanda de las ketubot (plural de ketubah) "no-judías" aumenta año con año en los sitios JudaicConnection y ShopKetubah, ambos dirigidos por Cindy Michael en la ciudad de Fort Lauderdale, Florida.

La cantidad de artistas de la ketubah que las venden en línea se ha disparado en los últimos años, lo cual ha facilitado que las parejas no judías adopten la práctica.

La ketubah es más que una elaborada caligrafía. Con frecuencia tiene el tamaño de un cartel y es vistoso, además de que puede enmarcarse. Lleva ilustraciones como fondo o complemento. "Curiosamente, algunas de las parejas no judías eligen textos judíos muy tradicionales", puntualizó la propietaria de los dos sitios.

Michael trabaja con muchos artistas de la ketubah que ofrecen palabras de amor o lealtad especialmente para parejas no judías. Uno propone una bendición nupcial de los apaches, y otro recurre a un inspirador texto del gurú de la New Age Kahlil Gibran.

"Muchas veces nos contactan después de haber asistido a bodas de amigos judíos", dijo Michael.

Jannine Medrana Malave y su marido, Nelson, tuvieron un matrimonio católico tradicional. La ceremonia abarcó aspectos que reflejaron las raíces filipinas de la novia y los antecedentes puertorriqueños del novio, pero también tuvieron una ketubah con un diseño redondo en inglés y hebreo, la cual fue firmada, entre otros, por el sacerdote que los casó.

La ketubah fue un obsequio de dos amigos cercanos a quienes consideran como sus "madres judías", pero Nelson tuvo la idea cuando vio las ketubot en una tienda del Museo Nacional de Historia Judío-Estadounidense, donde Jannine es directora de relaciones con donantes y eventos especiales.

"Nos gusta aprender de otras culturas y otras tradiciones", comentó Jannine, de 34 años. "Cuelga en nuestra sala, nada menos que cerca de nuestro crucifijo".

Stephanie Caplan es una artista de la ketubah en Nueva York. Durante varios años ha hecho trabajos personalizados para clientes no judíos que la encontraron fuera de la red y mediante su cibersitio, TheKetubah.com. Recientemente ofreció módicas impresiones aptas para parejas que desean esa ceremonia pero no practican el credo.

"Siempre creí que eso era algo que todos podían tener", dijo Caplan. "No entendía por que debía ser sólo para los judíos. Puede ser lo que refleje el espíritu del día, más que 50.000 fotografías que tomes en tu boda. Simplemente es buena energía".

Eso es lo que Edward Cleveland Jr., oriundo de Nueva York, y su esposa, Maki, pensaron cuando contrataron a un creador de la ketubah.

Gerald Fierst, que el año pasado publicó un libro sobre el matrimonio en el siglo XXI, "The Heart of the Wedding" (el corazón de la boda), dijo que los musulmanes, los cuáqueros y otros tienen también contratos tradicionales para el matrimonio religioso.

"Una gran parte de la cultura judía se ha vuelta una corriente preponderante", expresó. "La gente no lo ve como religioso. Lo ven como '¿No es esa una bonita tradición?'''.