La recién ungida -por dedazo- virtual candidata a la presidencia por el PRIANRD a las órdenes de Claudio X. González se mete en serios problemas cada que abre la boca sin supervisión.
Nada más en las últimas horas, Xóchitl Gálvez ha hecho comentarios capacitistas, elitistas y clasistas, mismo que meten en serios aprietos lo que será su campaña presidencial.
Por ejemplo, luego de ser impuesta en el antidemocrático proceso de selección de la alianza Va por México, o cómo quiera que se llame esta semana, la ex vendedora de gelatinas señaló ser “políticamente daltónica”, un caso penoso de capacitismo en la limitada dicharachera panista.
Luego, en entrevista con el desacreditado lector de noticias Joaquín López Dóriga, Gálvez cometió dos graves errores: anunciar su intención de volver a cerrar los pinos -abrirlos y hacer un centro cultural fue una de las decisiones más populares de este sexenio- y eliminar las “mañaneras” o conferencias diarias.
Es decir, una vuelta -imposible, de muchas maneras- al status quo anterior que representaba el presidente emperador en los pinos y un regreso a la opacidad y a la época de gloria de los medios tradicionales dictando, o intentando dictar, la agenda de comunicación de todo un país.
La actitud “dicharachera” de Xóchitl, en los cálculos de X. González y el resto de los oligarcas es un arma de doble filo. Ellos creen que su actitud lenguaraz les atraerá más votos. La realidad es que restará más de lo que sumará.