El hada más hermosa ha sonreído

al ver la lumbre de una estrella pálida,

que en hilo suave, blanco y silencioso

se enrosca al huso de su rubia hermana.

Y vuelve a sonreír porque en su rueca

el hilo de los campos se enmaraña.

Tras la tenue cortina de la alcoba

está el jardín envuelto en luz dorada.

La cuna, casi en sombra. El niño duerme.

Dos hadas laboriosas lo acompañan,

hilando de los sueños los sutiles

copos en ruecas de marfil y plata.

Antonio Machado

No somos iguales

De las frases favoritas del líder de la 4T. La usa para diferenciarse de los políticos del pasado, pero en los hechos ha quedado demostrado que son los mismos; en ocasiones peores. Descalificar, tergiversar y agredir es la forma en que se comportan. Ya se ha vuelto costumbre; no sorprende ni a propios ni a extraños.

Mas lo anterior no es razón para que la oposición o los críticos adopten el mismo burdo estilo. Todo lo contrario. Particularmente cuando hay tantísimo de peso que señalar, reprochar y reprobar de quienes hoy conforman el gobierno en cualquiera de sus ramas.

Lo superfluo

Por eso sorprende la crítica a Tatiana Clouthier, hoy secretaria de Economía del gobierno federal, por su vestimenta en su reciente visita a Washington D.C. Se cuestionó lo intrascendente y los criticones quedaron expuestos como argüenderos.

¡Habiendo cosas realmente importantes! ¿Cuáles? Un ejemplo:

La actitud de la funcionaria cuando le inquirieron sobre la discriminación contra las compañías extranjeras en el tema de la energía. “No es un área que depende directamente de nosotros”, espetó. Ciertamente no es la encargada de esa cartera, pero Clouthier debería saber que problemas en el sector energético impactarán negativamente en la inversión y en la economía mexicana en general…

Pero, volviendo al asunto que me ocupa, el hecho es que el periodista Joaquín López-Dóriga criticó a Tatiana —si bien después se disculpó como correspondía— mas no señaló lo verdaderamente importante de dicha visita.

Eso sí, la desatinada descalificación del comentarista no será olvidada, con lo cual sus próximos afirmaciones podrán ser desechadas con facilidad por los seguidores del régimen.

Lo mismo sucedió con el ex presidente Vicente Fox y su comentario en el que se refiere al gobierno mexicano como autista. Fox también se (medio) disculpó con quienes pudiesen sentirse aludidos y/o ofendidos pero, después de lo dicho, el ex mandatario quedó totalmente descalificado.

El político Fernando Belaunzarán, quien en redes sociales usualmente hace comentarios certeros y agudos sobre los yermos y errores de la 4T, sin desearlo desbarrancó al compartir una foto del ministro Arturo Zaldívar y su esposa en Nueva York. Tan fácil que resulta señalar que el constitucionalista presume de una austeridad que no practica o retomar uno de los más recientes mensajes en redes sociales de este personaje para señalar lo que ya es obvio: su sumisión a López Obrador y el que ha dejado extraviada la autonomía del poder judicial.

Con pies de plomo

La pregunta es: ¿por qué no cuidar más las formas? Especialmente cuando se le aconseja y se le pide a López Obrador que frene los adjetivos descalificativos y la crítica personal y deleznable que lanza desde la máxima tribuna de este país. Quienes pedimos respeto, no debemos caer en ese mismo tipo de atropellos.

No es copiando las puyas y la descalificación vacua cómo se podrá señalar de forma creíble los errores —que, como ya dije, considero hay muchos por parte del régimen que nos gobierna.

En razón de que el gobierno no entiende la responsabilidad que hay en el actuar y en el decir, los críticos a este deben tomar la batuta en la seriedad de sus publicaciones y no caer en la burla socarrona que solo ayuda a desdibujar aun más la conciliación y el trabajo en conjunto que requiere el país para salir adelante en su accionar.

Bozales, a veces necesarios

Y sí, no se olvida que, por lado del desgobierno, se requiere de la misma moderación y prudencia —si no es que mayor. Que el legislador Gerardo Fernández Noroña no insulte a personas de la tercera edad, ni que el director de la CFE, Manuel Bartlett, ante la tercera ola de covid, sobaje a reporteros exigiendo quitarse el “bozal”.

Oposición, comentócratas, jueces, legisladores y políticos en general, deben saber usar cubrebocas y algunos bozales— literales y figurados— para evitar mandar funestos mensajes, propios o por encargo. Para no ahondar divisiones y para cuestionar los descomunales errores que siguen desfigurando a nuestro país.

Ojalá y entonces, el hada más hermosa nos venga a sonreír y se quede a merodear entre nosotros.