La presidenta Claudia Sheinbaum temía que lo sucedido en el Rancho Izaguirre se convirtiese en su Ayotzinapa; aquel dramático suceso que dañó irremediablemente la presidencia de Enrique Peña Nieto y que hizo sucumbir su popularidad por siempre.

Lo temía porque, de acuerdo a las primeras revelaciones hechas por Guerreros Buscadores de Jalisco, todo apuntaba a que el rancho no había sido solamente un campo de reclutamiento del crimen organizado, sino un escalofriante sitio de matanza de jóvenes secuestrados por el CJNG.

Aquellas imágenes de zapatos, mochilas, artículos personales, altares satánicos y objetos religiosos ofrecían una imagen que, conservando debidas proporciones, recordaban los campos de exterminio nazis.

Sin embargo, a la luz de las últimas investigaciones conducidas por la FGR, y en voz de Alejandro Gertz Manero, el rancho servia efectivamente como un mero sitio de entrenamiento forzado del crimen organizado. Dicho de otro modo, si bien sí que servía como espacio para la operación del cártel, no era ni remotamente lo que en un primer momento declararon los buscadores.

La FGR, esgrimiendo su autonomía, pretende transmitir la idea de que ellos no responden a intereses políticos, y mucho menos, a cualquier clase de instrucción girada por la presidenta Sheinbaum o por miembros de su oficina. Sin embargo, ha quedado bien claro, desde tiempos de AMLO, que la autonomía del fiscal no está asegurada.

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El caso está cerrado, ha asegurado el fiscal. No obstante, miembros de los colectivos han alzado la voz para denunciar lo que es, a su juicio, un montaje armado por Gertz en connivencia con las autoridades federales, con el objetivo, se especula, de dar término, de una vez por todas, a la narrativa sobremanera perjudicial para el régimen.

La opinión pública se enfrenta hoy a una nueva pregunta sin respuesta: ¿Quién dice la verdad? Imposible dilucidarlo. Sin embargo, lo que sí que es un hecho es que la presidenta Sheinbaum y el morenismo ganarán la narrativa pública. Teuchitlán será pronto una anécdota que pocos recodarán. La verdad nunca será conocida, y el gobierno, con el viento a su favor, habrá conseguido su objetivo. Lo han hecho de nuevo.