Algunos le llaman autoritarismo y otros le llaman amiguismo, la voluntad política de aplicar la ley a los enemigos explica que exista dentro del sistema jurídico la prisión preventiva oficiosa o como podría llamarse coloquialmente, la cárcel a contentillo.
Existe, al mismo tiempo, porque desde la perspectiva punitivista se compró la idea de que a un acto socialmente reprobable debe caerle un castigo. Juzgar y castigar -nunca reinsertar- esa es la esencia de nuestro sistema.
Bien lo desmenuzaba Foucault como “una escuela sin indulgencia”, “una empresa de modificación de los individuos que permite hacer funcionar el sistema legal”. Las cárceles son y siempre han sido un instrumento de control político más que un método efectivo para combatir el delito y definitivamente, ni José Manuel del Río Virgen, el secretario técnico de la Junta de Coordinación Política; ni Alejandra Cuevas, presa por el homicidio del hermano de Gertz Manero con amparo en pie; ni el más infractor de los delincuentes, ni el más inocente salen de prisión siendo la misma persona que entró.
Tan valorada es la libertad y tan voluntarista es la ley, que los más recientes políticos que están presos han pretendido darse la galantería de “presos políticos”, como si los sobornos de Anaya le hubieran sido liquidados con pistola en la cabeza o como si Emilio Lozoya fuese una víctima del lujoso sistema que lo corrompió.
No hay tanta diferencia entre un Porfirio Díaz que militaba en “matarlos en caliente” a un Enrique Alfaro al que caliente le hierve la sangre de coraje frente a la prensa pero endeble se le hace el sistema frente al narco. Igualito que el paladín de la izquierda y la lucha social como Félix Salgado Macedonio, el padre del autoritarismo que logró controlar las instituciones de Guerrero para que fuese imposible que sus víctimas consiguieran justicia.
Parece que esas “tentaciones” no son de izquierda ni son de derecha, están entre la progresía naranja, la moral guinda, la podrida blanquiazuladamarilla y hasta entre los verdes que reinan en Chiapas, que sigue colocando en jaque a comunidades zapatistas y activistas ambientales.
Tal vez, Peña Nieto tuvo una revelación y en vez de que hubiera querido decir que la corrupción es un asunto cultural, quería decir que la impunidad es un asunto del poder… y que tanto poder es un asunto de autoritarismo. Nada más que no es el mismo autoritarismo el del gallinero que el de la granja completa… tristemente, existen víctimas que son reales y que no tienen amistades en el Senado que salgan a defenderlas. Me refiero a verdaderas presas políticas como Kenia Hernández, la activista indígena amuzga y defensora de derechos humanos detenida en el Estado de México durante más de 20 meses en un penal de Morelos por algo que cometió, supuestamente, en Guerrero; o como el caso de «Mime», activista feminista y defensora de derechos humanos detenida junto con su hija cerca de metro Chapultepec el 14 de diciembre en el metro de la Ciudad de México.
Y ni hablar de los que no son políticos pero deberían de estar presos por peores indicios que robar 100 pesos como Kenia o agredir -supuestamente, en un lugar lleno de cámaras pero sin pruebas- a su hija, como el caso de Mime.
Tal es el caso de Amado Yáñez Osuna, el empresario que a través Oceanografía logró saquear a Pemex, CitiBanamex, el IMSS o el INFONAVIT.
Dentro de su larga lista de delitos por los que se le “investiga” desde 2006 está la ruta de lavado de dinero en la que se involucran políticos, actores, instituciones deportivas y hasta a televisoras.
Yáñez Osuna debe al IMSS y al INFONAVIT poco más de 48 millones de pesos y no le ha pagado siquiera lo que les corresponde a más de 10 mil 500 trabajadores, algunos de los cuales fueron despedidos sin su liquidación mientras que a otros los mantiene en activo con meses de trabajo sin pagar. La Navidad robada tiene como detalle una investigación abierta por la PGR en el 2014 por lavado de dinero, fraude fiscal e irregularidades con el IMSS que, simplemente, no logra avanzar. Tal vez, las hace falta que el Fiscal retome el asunto o de plano ¿Será que de tantos corruptos y tantos asuntos personales se nos acabaron las manos para cumplir con el mandato de la 4T?