Quien entrega los recursos naturales del país a los extranjeros es traidor a la patria. No hay vuelta de hoja.

Tras dos años de pandemia y 6 años consecutivos de gobiernos desastrosos en los Estados Unidos, no queda ninguna duda razonable que el neoliberalismo es un sistema fallido. No produce bienestar en la mayoría de las personas y si produce miseria, muerte y acumulamiento criminal de recursos entre un grupo reducido de individuos.

Ese sistema fracasado y genocida es lo que los congresistas del MCPRIANRD buscan seguir imponiendo en México. No son representantes del pueblo, ni de la “ciudadanía”, como ellos, tan racistas, clasistas y acomplejados le llaman. Son viles lacayos de intereses trasnacionales.

Pero no nos vayamos más lejos. El artículo 123 del Código Penal en vigor deja bien claro quiénes son traidores a la patria y las consecuencias de actuar directamente contra los intereses de México y su pueblo:

”Artículo 123 Se impondrá la pena de prisión de cinco a cuarenta años y multa hasta de cincuenta mil pesos al mexicano que cometa traición a la patria en alguna de las formas siguientes:

I.- Realice actos contra la independencia, soberanía o integridad de la Nación Mexicana con la finalidad de someterla a persona, grupo o gobierno extranjero(...)

XII.- Trate de enajenar o gravar el territorio nacional o contribuya a su desmembración;

XIII.- Reciba cualquier beneficio, o acepte promesa de recibirlo, con el fin de realizar alguno de los actos señalados en este artículo;

XIV.- Acepte del invasor un empleo, cargo o comisión y dicte, acuerde o vote providencias encaminadas a afirmar al gobierno intruso y debilitar al nacional”

Ahí está, tal cual, lo que hicieron los “congresistas” del PRIANRDMC: atentar contra nuestra soberanía, intentando someterla a intereses de una persona (Claudio X. González, por ejemplo), grupo (Iberdrola, Repsol) y gobierno extranjero (España, Canadá, Estados Unidos).

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Ahí están representados también criminales como el genocida Felipe Calderón, quién recibió un puesto en una empresa energética española a cambio de enajenar bienes y recursos nacionales y los beneficios que muchos congresistas, ex congresistas y ex funcionarios han recibido por su sometimiento y odio hacia México y su pueblo.

Decirles traidores a los traidores no es insulto. Eso es lo que son. Además, son muy hipócritas: los que durante al menos dos décadas llevan llamándonos a los izquierdistas, obradoristas, progresistas, socialistas insultos como “nacos, chairos, gatos, prietos”, etc, etc., ahora lloran por ser señalados y despreciados por millones de mexicanos que apoyan al actual gobierno.

La oposición es traidora a la patria en el sentido explícitamente descrito en nuestras leyes. ¿Querían festejar su victoria pírrica, su miseria moral y su sometimiento a los extranjeros? Ahora se aguantan.