Después de haber ganado la encuesta interna de Morena, Claudia Sheinbaum se convirtió en la heredera del bastón de mando. Eso significa que —el poder político de su imagen— fue en aumento, así como el de la toma de decisiones. De hecho, al concluir este periodo de intercampaña, vendrá la etapa de mayor efervescencia una vez que inicie la campaña oficial. Serán semanas álgidas las que protagonizará la abanderada del lopezobradorismo. Ayer, por ejemplo, se registró ante los órganos de dirección del INE. Eso significa que, al fin y al cabo, ha llegado el momento más estelar para el proceso sucesorio.

Claudia Sheinbaum, en ese sentido, arrancará la contienda presidencial con más de 37 puntos de ventaja, de acuerdo con la encuesta que publicó MetricsMX a través del portal de noticias SDP. Esto quiere decir que, para el caso, Claudia diseñará una estrategia para el periodo que dure el ejercicio de proselitismo. Se enfocará, no hay duda de ello, en atender el llamado de la población civil y, de paso, en presentar parte de las directrices de su proyecto de nación. De eso, se sabe, dependerá mucho conservar el margen imponente que ha podido acumular a lo largo de muchos meses. No hay necesidad de enfrascarse en una guerra que pondrá en marcha la oposición. Como sabemos, la abanderada de la coalición “Seguimos Haciendo Historia” es muy superior a Xóchitl Gálvez en todos los sentidos.

Así que, al comenzar la campaña, Claudia Sheinbaum, como viene actuando, será muy inteligente para encarar el proceso. Lo hará, queda claro, con un equipo de primera que fue construyendo a lo largo de estos meses. De entrada, ha velado por la unidad, y el movimiento desde todos los frentes luce cohesionado y bastante sólido. Eso se notó en la designación de tareas que, a la postre, serán fundamentales para ganar la elección presidencial. Un ejemplo de ello es la incorporación de Ricardo Monreal al primer círculo, donde se tomarán las decisiones más importantes para aprovechar al máximo cualquier área de oportunidad.

Ricardo Monreal, como se sabe, será el líder de los senadores de Morena y, de paso, estratega de la campaña presidencial de Sheinbaum. Aspectos que, desde luego, le suman mucho potencial a la contienda, sobre todo en la operación territorial. Eso se notará en el arranque, inclusive en el encuentro con distintos sectores de la sociedad civil, pues la campaña requerirá, sabemos, mucho diálogo e interlocución, lo mismo que coordinación. Ahí, por ejemplo, Claudia ha decidido muy bien en cada una de las circunscripciones que se dividen el país. Me refiero a los representantes que, para el fin que constituye su designación, han marcado una gran diferencia que impacta positivamente.

Eso, desde luego, lo hemos visto en la segunda circunscripción. De hecho, estados del centro y norte del país —que durante muchos años fueron considerados bastiones del PAN— están experimentando un giro al paradigma político. Hoy, por ejemplo, Claudia Sheinbaum es muy competitiva en Nuevo León, Querétaro y Guanajuato, lo mismo que Coahuila. De hecho, las cuatro entidades federativas, de acuerdo con algunos datos que se han divulgado, están en condiciones de ser conquistadas a favor de la causa lopezobradorista. Todo tiene que ver con el armado que diseñó Claudia. Puso a un perfil de mucha experiencia como Néstor Núñez al frente de las tareas.

Por ese motivo, el efecto de Claudia Sheinbaum irá acompañado de un triunfo generalizado. Es muy claro: Morena puede ganar las 32 entidades federativas. Algo similar a lo que pasó en 2018, cuando López Obrador conquistó el poder. De hecho, vivimos tiempos similares en prácticamente todos los casos. Siendo así, Morena se llevará, sin temor a equivocarme, los nueve territorios que tendrán transición del ejecutivo estatal. Hablamos de Chiapas, Puebla, Morelos, Jalisco, Tabasco, Veracruz, CDMX, Yucatán y Guanajuato. En algunos casos, no hay duda, lo hará con mayor margen de votación, por el imponente paso de figuras como Eduardo Ramírez en el sur del país, lo mismo que Javier May, Rocío Nahle, Alejandro Armenta y Clara Brugada. Eso lo podemos constatar en las propias encuestas de opinión.

Mientras ese momento sea una realidad, ayer fue un día histórico en la vida pública del país. Presenciamos, ni más ni menos, el registro oficial de quien será la próxima presidenta constitucional de México. Hablo de Sheinbaum. De hecho, ya tomó protesta en cada uno de los partidos políticos. Lo hizo con Morena, PT y PVEM. Tratándose de una maquinaria, podemos ir proclamando a Claudia como la futura jefa de Estado a nivel nacional.

Notas finales

Ayer, en medio de un clima histórico que vivimos en el país, estuvieron presentes las figuras de mayor peso político en el movimiento lopezobradorista para acompañar a Claudia Sheinbaum en su registro. Hablamos de gobernadores y gobernadoras emanados del partido guinda. Todos, sin excepción alguna, cobijaron a Claudia y, con ello, han dejado claro el papel clave que jugarán en cada uno de sus territorios. En el primer plano, de hecho, destacaron aquellos que —por su nivel de aprobación— viven un momento inmejorable en cada una de sus entidades federativas. Entre ellos están los mandatarios de Baja California, Baja California Sur, Guerrero y Michoacán. Este último territorio, por cierto, se ha convertido en un gran bastión del movimiento de izquierda. Alfredo Ramírez Bedolla, en ese sentido, es el mayor activo político en tierras purépechas, lo que nos lleva a afirmar el trabajo crucial que ha llevado a cabo en más de dos años de gestión.