¿Hay falta de actitud? ¿Se está perdiendo la garra? ¿Quién es el responsable? Sí, sí y Roberto Medina. Esas son las tres respuestas que encontramos a las mismas tres preguntas que hemos planteado. El de ayer fue un partido mal jugado por parte de Las Amazonas; sin embargo, y siendo justos con el rival, la verdad sea dicha, Toluca Femenil hizo un juego casi perfecto al neutralizar a las visitantes y además, casi conseguir el resultado a su favor.

¿Nos equivocamos en la entrega de ayer por decir que era un partido ganable? ¿Estamos pecando de soberbios como aficionados de Tigres Femenil? No y no. Esas son las respuestas; ¿por qué? Porque el juego sí era ganable desde el principio y si se repitiera diez veces más, en las diez seguiría siendo ganable, con todo el respeto que merece el rival. Por plantel en lo colectivo, por historia, por individualidades; por esas razones Tigres Femenil sí es más que el rival, y en general, es más que un gran porcentaje de todos los equipos de la Liga Mx Femenil.

Tampoco somos soberbios porque, como va lo junto con lo pegado, la historia dicta que el equipo grande del fútbol femenil en México es Tigres, y con eso basta para aspirar a ganarlo todo; todo, partidos de liga, partidos de liguilla y hasta partidos moleros o de pretemporada. La historia dicta que este equipo está para ganar campeonatos y para repetir los logros torneo tras torneo. Como aficionados eso es lo menos que esperamos de nuestro equipo.

El problema es el técnico y hay muchas señales que nos hacen llegar a esa conclusión; una de ellas, la falta de un planteamiento táctico con variantes, que le puedan dar a las jugadoras la capacidad de reacción que requieren, para solventar las cerrazones que los equipos contrarios ya se acostumbraron a ejecutar en la cancha, cuando enfrentan a Las Amazonas.

En segundo lugar, la falta de motivación que se ve a kilómetros de algunas jugadoras que ya no están rindiendo de acuerdo a lo que se sabe que son sus capacidades individuales. También, el tema de los cambios a destiempo, que encima generan molestia en las jugadoras, de las que salen es natural y en muchos casos injustificable porque si a una le toca salir por un mal juego, así lo debe entender. Pero en el caso de las que entran, la molestia se da por los pocos minutos de juego que se les dan sabiendo que - como en el caso Fer Elizondo -, es la jugadora que entra para sacar las papas del fuego y resolver el partido.

El empate de ayer es un reflejo sintomático de lo mal que está el plantel en la interna por la mala gestión de un Roberto Medina que no entiende que se quedó como un técnico chico que está dirigiendo a un equipo gigante.