Cuando analizamos el fenómeno de la popularidad entre encuestados en personajes con niveles de rechazo tan altos cómo Joe Biden y Emmanuel Macron en Francia, también deberíamos ser capaces de analizar de forma objetiva los altos niveles de aprobación de Andrés Manuel López Obrador.

En una encuesta en donde se evalúan frente a frente los principales aspirantes presidenciales de los Estados Unidos, realizada por el Washington Post y ABC News, los resultados del octogenario Joe Biden dejan mucho que desear.

El impresentable Donald Trump, con todo y sus escándalos, tundiría al senil Biden con 44 puntos contra 38, lo cual le daría una buena ventaja con miras a obtener la mayor cantidad de votos en el vetusto colegio electoral de EU.

No es casualidad que los votantes de EU busquen castigar a Biden. Su gobierno ha resultado un fracaso en donde han muerto más personas por Covid que las que murieron con Trump pese a que la pandemia supuestamente está bajo control. Han quebrado 4 bancos importantes y la miseria e inflación en el país vecino ha llegado a tal nivel que el número de personas sin hogar, aún con uno o varios trabajos se incrementa de forma explosiva.

Apenas este fin de semana, por ejemplo, se difundió la existencia de un campamento que se extiende por varios kilómetros, en donde las personas viven en automóviles, casas de campaña y casas rodantes ante la imposibilidad de rentar un lugar en donde vivir.

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Comparemos esto con el 80% de aprobación que el fenómeno AMLO ha alcanzado, de acuerdo a la encuesta hecha por De las Heras Demotecnia. Un número avasallador indica que, estadísticamente, de 10 personas que usted entreviste en la calle, 8 están de acuerdo con este gobierno.

La “oposición” mexicana nada más existe en los parasitarios partidos políticos de derecha, en los que aspiran a un “hueso” o puesto de aviador y en Twitter. No hay más.