“Si quisiera hablar con vuestro vocabulario, diría que el único mandamiento moral que tiene el hombre es: pensarás. Pero un ‘mandamiento moral’ es una contradicción en los términos. Lo moral es lo escogido, no lo forzado; lo comprendido, no lo obedecido. Lo moral es lo racional, y la razón no acepta mandamientos.”

AYN RAND

“De los celestiales Ejes

El rápido curso fija,

Y en los Elementos cesa

la discordia nunca unida.

Al dulce imán de su voz

Quisieran, por asistirla,

Firmamento ser el Móvil,

El Sol ser estrella fija.

Tan bella, sobre canora,

Que el amor dudoso admira,

Si se deben sus arpones

A sus ecos, o a su vista.

Porque tan confusamente

Hiere, que no se averigua,

si está en la voz la hermosura,

O en los ojos la armonía.”

SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ

Hay un “run run” que recorre los pasillos de Palacio Nacional. Ya se sabe: existe un “Plan C” para el INE, un “I” para el INAI, un decreto para fulminar órganos y dependencias varias que ponen la lupa sobre las actividades de los gobernantes obradoristas. Pero hay un plan que le interesa de sobremanera al presidente y del que ya se empieza a hablar de diversas formas y en distintos foros.

Se le podría denominar el “plan X”, pero en realidad es el plan “Rosa Icela Rodríguez”.

No, no se confundan (diría el innombrable Salinas), el cuarto en discordia de las corcholatas no es Ricardo Monreal; tampoco Gerardo Fernández Noroña. Todo apunta a que la secretaria de Seguridad a nivel federal, Rosa Icela, sería el verdadero plan alternativo de AMLO.

¿Suena descabellado? Sí, pero así son las maromas (absurdas) en la 4T. Y dado la importancia que López Obrador le ha dado a esta funcionaria últimamente, se empieza a pensar sobre su inclusión en el juego de los pre candidatos a la grande.

Veamos. De acuerdo con todas las encuestas, Morena vencería si la carrera presidencial del 2024 fuera hoy. En otras palabras, el resultado sería el mismo con cualquiera de sus posibles abanderados. Y esto es porque la contienda apunta a ser una suerte de referendo a AMLO; en otras palabras, la disputa es AMLO vs la oposición. Tristemente, creo que esto es obvio, si bien no digo con ello que eso sea inalterable. Después de todo, faltan 14 meses para que se celebren los comicios federales…

Lo que no es tan obvio y no parece estar del todo bajo el control de López Obrador ni de la 4T —menos de Morena— es qué ocurrirá con las corcholatas que no sean “destapadas” para ir en pos de la Presidencia. En otras palabras, existe la alta probabilidad de un rompimiento interno de Morena al no saber o no poder canalizar inconformidades… Andrés Manuel ya lo vislumbró; no en balde en repetidas ocasiones ha pedido que todos trabajen en conjunto alrededor del personaje que finalmente sea electo como abanderado.

Es en este contexto que resulta interesante las menciones de AMLO a Rosa Icela Rodríguez como posible corcholata para la Ciudad de México, pero de hace algunas semanas para acá también a nivel nacional. La ha mandado recorrer todas las comandancias de la GN; lo dijo ayer en la mañanera. Es una gira que le generará reflectores de más.

Mas no es lo único. El presidente la midió al ponerla al frente de uno de los momentos más delicados de su administración: la tragedia de Ciudad Juárez. Rosa Icela tuvo la complicada misión de intentar realizar el trabajo que sigue sin hacer Francisco Garduño.

Encabezó también la delegación de México en Washington D.C. (para dolor de Marcelo Ebrard y sorpresa de muchos). Independientemente de que si la funcionaria lo ha hecho bien o no; si resultaron exitosas o no sus gestiones (yo ya dije lo que pienso al respecto en otros artículos), la pregunta cobra fuerza: ¿será que ella es el Plan X de López Obrador para el 2024 si se pelearan Adán Augusto López, Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard?

Estoy segura que esta posibilidad la ha analizado el titular del Ejecutivo federal. No sé si la ha comentado con sus más cercanos. Tal vez la esté midiendo; viendo cómo se comporta, cómo acata sus instrucciones. En todo caso, el crecimiento de Rosa Icela en el ánimo de Andrés Manuel no es tema baladí.

Algunos dirán que esta secretaria no pinta electoralmente para nada si se le pregunta al ciudadano promedio mexicano. Y tendrán razón. Mas supongo que eso sería superable. Ya otras veces se han creado presidentes o figuras políticas de la nada. ¿A poco no?

Un Ávila Camacho, por ejemplo, como el propio López Obrador lo recordó recientemente al respecto de la decisión de Lázaro Cárdenas sobre su sucesor.

En realidad Cárdenas fue el último Plan A de un presidente (de Abelardo L. Rodríguez, que a su vez había sucedido a Pascual Ortiz Rubio, y este a Plutarco Elías Calles). A partir de ahí, algunos presumen que “presidente pone presidente” pero lo cierto es que NINGUNO de ellos ha puesto al candidato que hubiera preferido: ni Manuel Ávila Camacho, ni Miguel Alemán, ni Adolfo López Mateos, ni Gustavo Díaz Ordaz, ni Luis Echeverría, ni José López Portillo, ni Miguel de la Madrid, ni Carlos Salinas. Vicente Fox tampoco apostaba por Felipe Calderón.

En fin, la constante muestra de que no necesariamente los muy conocidos terminaron siendo ungidos para la candidatura.

Pero el asunto que trato aquí va más allá. En el caso de Morena, ¿un tercero/cuarto en discordia, evitaría que el movimiento se dividiera si las otros contrincantes no aceptan el resultado de la encuesta interna? Encuesta que sabemos —ya lo he dicho y lo sostengo— es una cortina de humo, pues la decisión será exclusivamente del “destapador”.

Quizá en eso esté pensando AMLO, en apuntar su dedito hacia ella. Claro, gobernando él, pues ya quedamos en que AMLO no va a ir a ningún lado que no sea quedarse —así sea solo de forma virtual— en Palacio.

Hasta ahora, López Obrador ha logrado mantener juntas (que no unidas) a sus huestes. El decantarse por Rosa Icela es una invitación para frenar la escisión en un partido que es movimiento y que no tiene nada de institucional.

López Obrador adelantó los tiempos; sus predilectos y sus equipos acechan sus acciones. Y ahora hasta lo presionan. Además, el mandatario —ya podemos anunciarlo oficialmente— ha extraviado su racha de suerte (le duró mucho, que ni qué) y Morena se le va de las manos. Por ello, entre otras cosas, cometiendo un flagrante delito electoral, en la mañanera de ayer solicitó al electorado el voto masivo por legisladores de Morena en el 2024; casi casi como si él fuese a continuar gobernando…

Gobernando a través de una nueva corcholata, la más dócil: Rosa Icela.

Sí, una cuarta en discordia puede ser la forma para mantener a los otros jugadores en cintura y a la vez él continuar mandando.