La entrevista de Aristegui

El 21 de junio de 2011, entrevistado por Carmen Aristegui, Rafael Loret de Mola descalificó el periodismo ejercido por su hijo Carlos. Cuando expuse el asunto en una columna en diciembre de ese año, fue un escándalo; Rafael acusaba a Carlos de hacer un periodismo de especulación, sin presentar pruebas. Y le reprochaba porque “los periodistas –afirmaba Rafael- desde hace mucho tiempo, los que no tenemos ningún tipo de compromisos con el poder, hemos luchado denodadamente contra la impunidad”. Y sin duda mentir, manipular, ponerse al servicio de intereses políticos en vez del periodismo, ha sido la regla en el caso de Loret jr., pues ha hecho todo lo contrario a lo propuesto por el padre en ese momento.

Y reprobaba al también discípulo, porque, señalaba orgulloso, “periodísticamente yo formé” a Carlos. Once años después, Rafael Loret ha olvidado o niega sus palabras a Aristegui. Se ha vuelto cínico o se ha corrompido también como el hijo, pues acusa al presidente López Obrador de acoso a él y a su familia y le espeta: “¡Ven por mí, toma mi sangre!”. Como si viviera bajo el régimen de terror de un Estado represor y asesino, como si no hubiera libertad de expresión (más que nunca antes), como si fuera un perseguido. De ser así, ya habría salido al exilio o ya lo habrían apresado las fuerzas del Estado. El de Rafael Loret es francamente un histrionismo o una perversidad porque ingenuidad no puede ser; ¿o es amor ciego?

¿Cómo explicaba el padre la lógica periodística del hijo y discípulo ante la locutora?:

“Carlos forma parte de un equipo de trabajo, de Televisa, es mi hijo, y por supuesto que lo quiero y lo querré mucho a pesar de sus desaires, lo quiero. Pero en este caso está profundamente equivocado… Le pido a Carlos exhiba ese documento”; se refería a un caso particular, pero en realidad, al modus operandi que ese hijo mal formado o que se desvió de la rectitud del buen periodismo -”se echó a perder”-, ha observado durante su trayectoria.

Las más “populares” de #LordMontajes

  1. Mintió como supuesto reportero de guerra en Afganistán en 2001, simulando estar en el frente y bajo bombardeo; lo exhibió el testimonio de su colaborador entonces, Jaime Hernández, en entrevista con Rubén Luengas.
  2. Ejecutó burdos montajes como el del caso Florence Cassez en complicidad con la corrupta policía panista y García Luna, preso en Brooklyn por presunta asociación con los criminales; la “seguridad” de los ciudadanos en manos de los delincuentes. ¿Es Carlos Loret cómplice de García Luna?; ambos tienen un departamento en Miami en el mismo edificio, qué gran casualidad.
  3. Simuló el rescate de la inexistente niña “Frida Sofía”, después del temblor de 2017, para sostener alto “rating” y afectar políticamente a la jefa de gobierno de la ciudad, Claudia Sheinbaum; espectáculo tan burdo como el “show” en que participó la reportera Téllez, de TV Azteca, sobre la muerte de la niña Paulette; que nunca vio ni olió nada estando sentada bajo su cadáver.

Los intereses y ganancias de Carlos

Y esa ha sido sólo la parte evidente, la conocida, porque bajo el patrocinio actual de “Latinus” –empresa ligada a la corrupción de Roberto Madrazo, Silvano Aureoles y las empresas farmacéuticas beneficiarias de gobiernos anteriores- se ha desenmascarado el rostro más perverso y ambicioso del utilitario del periodismo Loret, los altos honorarios recibidos para golpear, a través de mentiras y calumnias, al gobierno de López Obrador y su proyecto de nación.

Hoy se ha exhibido una cantidad, 35 millones 200 mil pesos recibidos por el mercenario del periodismo durante 2021. Y se ha hecho un escándalo entre los periodistas y medios convencionales que se han caracterizado por la misma actitud golpista que el comunicador. Se han solidarizado y han querido crear en él a una víctima primero y después a un héroe.

Afortunadamente el presidente no se ha arredrado ante el embate –iniciado en esta etapa ante el supuesto conflicto de interés del hijo mayor del gobernante por la renta de una casa en Houston- y está dispuesto a avanzar en la clarificación y la transparencia total.

Porque no se trata ni del presidente ni de Loret, no de un mero conflicto personal, sino de poderosos intereses políticos y económicos que este último representa y defiende, y el proyecto de nación de la llamada Cuarta Transformación.

Y a final de cuentas se resume la dicotomía que hemos vivido ya por decenios: el deseo de cambio democrático vs el PRIAN; y su actual deseo de regresar a los privilegios de la corrupción. Esos privilegios son los que defiende Loret y todos los que son como él: #TodosElPrianEsLoret, sentencia última.

Rafael, de 2011 a 2022

La postura de Rafael Loret fue de gran dignidad como periodista en 2011. En 2022 se ha convertido en un desvergonzado igual o peor que su hijo gritando, desgañitándose: “Voy a seguir siendo periodista igual que mi hijo Carlos y tú no vas a ser presidente, nada más para que lo vayas meditando, porque estoy seguro de que, de los presidentes de México, el primero que va a entrar a la cárcel vas a ser tú”. ¡Ven por mí Andrés Manuel, asesino, no te metas con mi familia, ven por mí y toma mi sangre!. Desvergüenza impresionante.

En diciembre de 2011 descubrí una entrevista de Aristegui a Rafael olvidada por entonces. Escribí una columna compartiendo el video con la entrevista completa. Gente sin escrúpulos tomó idea y título, editó el video y lo subió como suyo. Hoy que los polémicos periodistas Rafael y Carlos Loret de Mola, como viles golpistas tratan de desestabilizar al gobierno de López Obrador y su proyecto sirviendo a intereses privados y de partidos, me parece necesario desempolvar el video. Procedo a subirlo a mi cuenta para acompañar la presente columna:

Héctor Palacio en Twitter: @NietzscheAristo