Estira y Afloja

El orgullo, la dignidad y la “grandeza” de Pumas y Cruz Azul quedaron reducidos a nada después de las ser claramente sometidos por el Barcelona y Santos, respectivamente.

Toda una vergüenza para estos equipos que no solamente fueron goleados, sino que fueron reducidos a su máxima expresión. Sin embargo, y pese a lo escandaloso de los marcadores en contra de universitarios y cementeros, nada tan deplorable cómo lo que sucede con las Chivas.

El Guadalajara está en lo más profundo de una crisis que no solamente tiene que ver con lo deportivo, sino también con el manejo de una institución cuyo dueño ha perdido el respeto, incluso, de algunos de los empresarios más importantes del país, y eso en verdad debe doler. Para ser más concreto, en Chivas se humillan solos con las malas decisiones que toman desde varias de sus oficinas.

Es un equipo deteriorado por su propia gente y es en términos prácticos, la burla del futbol mexicano.

Luego está lo de Pumas y Cruz Azul. En el caso de los cementeros, una mala decisión en la elección y manera en que hicieron el cambio de entrenador. Diego Aguirre, a quien un buen promotor estuvo a punto de poner en Chivas pero terminó engañando a la gente de Cruz Azul, no ha tenido la capacidad de hacer de este equipo uno que al menos pueda competir.

Las malas decisiones y los manejos oscuros volvieron a este equipo y terminaron de destrozar un proyecto que después del título en 2021, parecía podía dar para mucho más. No tardaron mucho en destruirlo y ahora han vuelto a hacer el ridículo.

La goleada del Barcelona en el Joan Gamper evidenció algo muy preocupante para los Pumas: Hoy da la impresión de que Andrés Lillini se sentía más a gusto con el papel de víctima, navegando con el perfil bajo y echando en cara que un plantel mediano podía dar grandes remontadas apenado a la garra y el espíritu.

Hoy, da la impresión de que estos Pumas y su entrenador no han entendido que ahora son obligados a imponer condiciones y no a pensar en remontar.

Y esto no tiene nada que ver con la visita al Barcelona, pero los catalanes les han evidenciado de tal manera que queda claro que están lejos de lo que deberían lograr a partir de la plantilla que han formado.

Todo cuando parece que Lillini cambió su forma de jugar para encontrarle lugar a Dani Alves, en lugar de encontrar la forma de sacarle provecho a todo el equipo y eso los puede llevar a uno de los grandes fracasos del torneo. Y si no compone esto, su historia con los universitarios no terminará nada bien.

PD.

Con el triunfo sobre FC Juárez, el América y Fernando Ortiz compraron algo de tiempo, pero tampoco es algo para presumir. De nada servirá está victoria si estos resultados no se dan de manera regular.