Lo que más interesa a los trabajadores de México son las propuestas sobre los temas laborales pues la única forma de subsistencia que tienen millones es con su trabajo.

En su propuesta de 100 puntos, Claudia Sheinbaum señala un apartado denominado derecho al trabajo, en el cual se dispone a aumentar el salario mínimo en la misma forma que se experimentó durante el sexenio de López Obrador, para llegar a 2030 pudiendo comprar dos y media canastas básicas, con esto se rompería el ingreso en los niveles de pobreza alimentaria en que se ha mantenido en los últimos 35 años de gobiernos neoliberales.

Actualmente el salario mínimo está en $7,467.90 mensuales, si se cumple la meta señalada en las propuestas de Sheinbaum, podría alcanzar un promedio de $11,000 mensuales. Esto se lograría si se aumenta el salario mínimo en un promedio de 15% al 20% anual en el próximo sexenio.

Obviamente el sector patronal pondrá el grito en el cielo, pero hay que decirlo muy claro, las fuentes de trabajo no pueden seguir siendo fábrica de pobres. Si no te alcanza para pagar salario mínimo digno a tus trabajadores, no eres empresario, ni emprendedor, eres un explotador de obreros que busca la ganancia mediante la pobreza de los salarios que paga.

Entendamos una cosa, las campañas y los procesos de discusión política de las últimas décadas se ha centrado en los derechos humanos individuales, pero se han alejado del discurso social, del derecho al trabajo, a pesar de que es la estructura en la que todos estamos inmersos para sobrevivir en este sistema económico, el ingreso, el salario, la forma de alimentarnos, de vivir. Por eso es muy importante analizar qué están proponiendo las candidatas a la presidencia sobre el tema, cuál es el modelo laboral sobre el cual considera va a operar su modelo de país.

Acabamos de transitar de un aparato laboral caciquil neoliberal, donde los trabajadores eran vistos como esclavos de la época colonial, en condiciones mínimas de subsistencia, en la total miseria a pesar de trabajar jornadas de más de 8 horas diarias, y la forma en que lo hicieron fue mediante la subcontratación y el salario mínimo de miseria (no alcanzaba para comprar una canasta básica), fueron 35 años de esta política laboral, fundamentada en la mentira de que el aumento al salario mínimo era inflacionario.

Tuvo que venir de Harvard el análisis, pues hace 3 años se publicó la tesis de que aumentar el salario mínimo no generaba inflación, lo cual comprobaron después de hacer un estudio por décadas; muy tarde, por cierto.

En mi opinión este es el debate más importante, el modelo laboral que lleva comida a la boca de las familias, sobre el cual ya vimos la primera tirada de las campañas y la dio Claudia Sheinbaum.

X: @riclandero | Vladimir Ricardo Landero Aramburu. Maestro en derecho por la UNAM