Ningún candidato preocupa tanto al gobierno del estado como el coahuilense Ricardo Mejía Berdeja, actual subsecretario de Seguridad Publica Federal. No solo por ser el coahuilense más cercano al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, sino por que es de los pocos funcionarios de alto nivel en el gobierno federal que tiene buena relación con prácticamente todo el gabinete, e incluso ha recibido el apoyo abierto de muchos de ellos.

Con 22 gobernadores de Morena y un gabinete federal del mismo partido, es de entenderse que el PRI no lo quiera como candidato. Más cuando es el perfil de un alto funcionario federal que de ser el candidato, recibiría el apoyo de todos ellos. A diferencia de otros aspirantes de Morena, Mejía igual se reúne con legisladores de su partido, que con las bases. Escucha a todos por igual y sabe despojarse de la investidura de funcionario para ganarse la simpatía de las bases.

Luego de que el portal Sin Embargo diera a conocer los nexos que prueban el financiamiento del gobierno de Coahuila al expanista Luis Fernando Salazar, a través del subsecretario de egresos del estado Xavier Herrera, muchos militantes de Morena se dieron cuenta de que Salazar es el Plan B del PRI, por lo cual Mejía Berdeja fortaleció su camino rumbo a la gubernatura de la entidad.

A través de grupos de WhatsApp, redes sociales y cualquier plataforma que sea viable, el Gobierno del estado ha presionado a la militancia priista para tratar de inflar a los candidatos de Morena que más le conviene, sea Luis Fernando Salazar o el senador Armando Guadiana. Pero descomunal esfuerzo por tratar de invisibilizar el nombre de Ricardo Mejía Berdeja, deja ver el temor del tricolor por llegar a la urnas con un candidato que no se esperaban bajo ningún panorama.

La presión a los medios de comunicación del estado nunca había sido tan evidente. A través de la coordinación de comunicación estatal, que maneja otro expanista, Fernando Gutiérrez, se condiciona la línea editorial de los medios bajo so pena de quitarles los jugosos convenios publicitarios. Razón por la que se presiona para que no mencionen el nombre del subsecretario de Seguridad Pública Federal, o le abran espacios a otros personajes de Morena, como Luis Fernando Salazar y Armando Guadiana, buscando crear la narrativa de que son ellos los que encabezan las encuesta de ese partido.

No se puede negar que las encuestas independientes e incluso las pagadas por el mismo PRI, advierten que sin candidatos, las preferencias electorales en Coahuila dan ventaja a Morena sobre el tricolor. Y si a eso se suma la respuesta al llamado de unidad que dentro de Morena ha logrado Mejía Berdeja, los ánimos dentro del PRI Coahuila se exasperan más.

Despedir a funcionarios que asistan a eventos de Morena, que compartan en redes sociales cualquier contenido que haga referencia al gobierno federal, o investigar a través de la fiscalía del estado a cualquier empleado estatal o municipal que si quiera bromee con cambiarse de partido, son parte de las acciones con las que en su desesperación, el tricolor intenta contener el declive de una derrota anunciada.

No de gratis Ricardo Mejía Berdeja llegó a una posición tan alta en el gobierno de López Obrador. Sabe de operación política, cuida su perfil, es conciliador y sabe llegar a acuerdos. Conoce bien al PRI y sus debilidades, ha recorrido el estado y lo más importante, logró reunir un grupo de trabajo que se aleja de esos funcionarios que presumen la riqueza y solo vuelven al territorio en tiempo de elecciones.

Más allá de los discursos, es natural que la preferencia electoral en el estado favorezca a Morena, la pensión de los adultos mayores, el apoyo a los estudiantes, madres solteras y todos los beneficiarios de los programas sociales, reciben esos beneficios hallan o no hallan elecciones, lo cual plantea una diferencia notable con los otros partidos, que llevan despensas, tinacos y materiales de construcción, solo cuando hay elecciones.